Inés Morencia
Valladolid, 25 jul (EFE).- «Coriolano» es una de las obras menos conocidas de Shakespeare, y el vallisoletano Roberto Enríquez se pondrá en la piel de este contradictorio personaje con el plus que supone tener entre el público a familia y amigos, así como de pisar por primera vez la Corrala del Palacio del Caballero en Olmedo.
Si puede, antes de subir a las tablas, se tomará una infusión de tomillo y erísimo -conocida como la hierba del cantante-, como rutina a un trabajo impecable que le ha permitido labrarse un importante currículum al que sigue añadiendo series de televisión, películas de cine y funciones de teatro.
Shakespeare de nuevo
Y el dramaturgo inglés ha vuelto a colarse en su vida profesional, como ya lo hiciera al terminar sus estudios en la Escuela de Arte Dramático de Valladolid con un ‘Hamlet’ en el que compartió espacio con artistas tan prestigiosos como Fernando Fernán Gómez, Ana Belén y Alberto Closas.
Roberto Enríquez se ha transformado en Coriolano, un noble guerrero -Cayo Marcio- cuyo valor en combate le encumbran en una Roma muy dada a ensalzar o defenestrar a sus héroes, que primero quiso nombrarle Cónsul y terminó desterrándole por no aceptar las directrices marcadas por el Senado.
Es una historia paralela a la de Publico Cornelio Escipión, ‘Africanus’, que también sufrió el mismo destino y que pudo servir a Shakespeare para escribir esta pieza en la que se mezcla la guerra, el honor, la ambición, el extremismo, la ética y los valores, la tragedia y, sobre todo, la manipulación.
Política y guerra
Esa manipulación política que, tal y como ha advertido Enríquez, en una entrevista con EFE, «se ha mantenido a lo largo del tiempo y ha propiciado la subida al poder de personas cuyo éxito resulta inexplicable, sobre todo, si lo logran dos veces, como en el caso de Donald Trump».
«Ahora hay mucho votante rebotado con la política convencional, que termina tomando partido por personas manipuladoras que no solucionan nada, y crisis económicas que hacen surgir ‘salvapatrias’ que solo buscan el interés personal. Al final, se pone a cuidar al rebaño al lobo», ha comentado.
Por eso, ha añadido, el protagonista de esta obra shakesperiana también lo pasaría mal hoy en día, porque se aparcan los valores con mucha facilidad: «Como dijo Groucho Marx ‘estos son mis principios, pero si no le gustan, tengo otros’, y Coriolano no habría cedido a convertirse en una marioneta, y menos para llegar al poder».
«Él era un guerrero dispuesto a dar todo por Roma, que no ambicionaba ser cónsul y que quería un trato igualitario al resto de soldados, con las mismas recompensas. Pero también era un clasista, y criticaba a la plebe, lo que al final terminó por destruirle. Ni el extremismo ni la total flexibilidad son buenos, pero no es fácil hallar ese término medio ideal», ha detallado.
No podía ser nadie más que ‘El Bardo’ quien crease un protagonista con tantas contradicciones porque «es el autor que mejor disecciona el alma humana y le da la dimensión que merece con una elocuencia que no tiene parangón, con un lenguaje poético que traspasa la acción y que profundiza en cada uno, capa por capa», ha apuntado.
De héroe a villano
Y en este caso incluye esa capacidad del ser humano para enaltecer un día y hundir al siguiente: «Hay muchos ejemplos de ello, como el de Mario Conde, que pasó de héroe a villano o, más reciente y fuera de la política, con Karla Sofía Gascón, a la que se ensalzó y despreció en tiempo récord», ha ejemplificado.
Apasionado hasta los tuétanos por su profesión, Roberto Enríquez no tiene vacaciones como tal, solo algún día suelto porque para él sus vacaciones son su trabajo: «Me gusta tanto lo que hago y lo disfruto tanto que no necesito descansar, ha confesado.
Debut en Olmedo Clásico
Aunque no es la primera vez que aborda una obra clásica, sí será su debut en el festival Olmedo Clásico, al que acude con una gran ilusión, y también con la máxima responsabilidad que, en este caso, añade un plus, al tener entre el público a su gente.
«Para mí actuar es siempre un gran compromiso, y salgo a dar el cien por cien en cada actuación, porque va a ser única para la mayoría de la gente, pero en este caso, además, supone estar delante de familia y amigos, lo que la hace más especial aún», ha reconocido.
Tiene pendiente el estreno de ‘Aves de corral’, de Antonio Vincent, y próximamente se trasladará a Las Palmas de Gran Canaria para rodar ‘Antes del amor’, a las que se integrarán algunas «cosillas más», ha dejado entrever, que acrecentarán más sus ya amplios méritos interpretativos. EFE
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