Ciudad de Panamá, 8 jun (EFE).— Las corridas de toros continúan siendo una tradición profundamente arraigada en los pueblos del interior de Panamá, donde estos eventos taurinos forman parte esencial de las festividades tradicionales locales, que combinan cultura, música y valentía en un ambiente festivo y familiar.

«Aquí en esta área muy poco se da y bueno, este año se implementaron las tardes de toros para animar y como se ha podido dar cuenta, aquí hay bastante público de todas las edades», indicó este domingo a EFE Elián González, encargado del manejo de los toros en uno de estos eventos.

La jornada taurina, conocida popularmente como «corrida de toros», se desarrolla en corrales improvisados y bajo un entorno abierto, en el que los valientes aficionados se enfrentan al toro bravo. González advierte que, aunque se trata de una tradición popular, no está exenta de riesgos.
«Casualmente yo me quebré una mano con un toro en el 2018 y eso me llevó a retirarme de la monta de toros», relató.
Según explicó el encargado, el espectáculo consiste en que un «torero o un jugador de toros se encarga de jugar con el animal con una manta y sacarle los lances», una práctica que combina destreza y valor, y que atrae tanto a locales como a visitantes curiosos.
Durante estas actividades, los acordes de la tamborera y la cumbia -géneros tradicionales en la música panameña- se mezclan con las voces de los vendedores ambulantes y el bullicio del público, lo que crea un ambiente típicamente festivo.
Los puestos de comida ofrecen platos emblemáticos de la gastronomía de la campiña panameña, como sancocho, arroz con pollo y empanadas, que acompañan la tarde taurina.
Más allá del espectáculo, estas corridas de toros representan un punto de encuentro para la comunidad y una oportunidad para mantener vivas costumbres heredadas de generación en generación. La actividad es considerada, por muchos de sus participantes, una expresión de identidad cultural y un símbolo de coraje.
Las corridas se celebran principalmente durante las fiestas patronales y ferias regionales en Panamá; y siguen siendo un atractivo para quienes buscan conocer de cerca las tradiciones populares del país centroamericano.
«Estas actividades son prácticamente una tarde para pasarla en familia y ya es una costumbre, no le puedo decir exactamente cuántos años tiene, pero sí tiene mucho tiempo», puntualizó González.