Buenos Aires, 10 jun (EFE).- La expresidenta de Argentina Cristina Fernández vive desde este martes sus últimos días en libertad después de que la Corte Suprema ratificara una condena de seis años de cárcel por un caso de corrupción que ha levantado las protestas de los peronistas contra el poder judicial y denuncias de ‘lawfare’.
Los tres jueces del Supremo, Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti, fallaron por unanimidad ratificar la condena que se emitió contra Fernández en primera instancia en 2022 y que la Cámara de Casación Penal confirmó en noviembre de 2024.
La expresidenta está condenada a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos por considerarse probadas irregularidades en la concesión de 51 obras públicas en la provincia sureña de Santa Cruz durante los gobiernos de su marido Néstor Kirchner (2003-2007) y los encabezados por ella, entre 2007 y 2015.
Ante su desacuerdo con la sentencia y tras denunciar que es víctima de una estrategia de ‘lawfare’, es decir, una persecución judicial y política, interpuso un recurso ante el Supremo, que falló este martes, antes de lo previsto y justo cuando la expresidenta había anunciado que volvía a la contienda política como candidata a diputada en la provincia de Buenos Aires para las elecciones de septiembre.
El fallo de los jueces es claro: no se ha demostrado que «durante el proceso se haya vulnerado alguna garantía constitucional» y la sentencia está «fundada en ley».
Con estos argumentos, el alto tribunal otorgó en su escrito cinco días a la presidenta del Partido Justicialista (PJ, peronista) para que se presente ante el primer tribunal que la condenó en la denominada ‘causa Vialidad’, al tiempo que dio al Ministerio de Seguridad Nacional un plazo de 24 horas para habilitar un espacio donde acogerla como detenida.
Fernández podría beneficiarse de la prisión domiciliaria por edad, ya que cuenta con 72 años cumplidos en febrero, pero esta opción se la tendría que conceder el titular del tribunal que la condenó en primera instancia.
¿Persecución política y judicial?
«Triunvirato de impresentables» y «monigotes que responden a mandos naturales por encima de ellos», dijo Fernández, también conocida como CFK, a una multitud que se congregaba a las puertas de la sede de su partido, en Buenos Aires, al referirse a los jueces que ratificaron el fallo.
La expresidenta llevaba desde el pasado sábado celebrando discursos públicos para llamar la atención sobre la velocidad con la que estaba operando el Supremo para ratificar su condena después de que el 2 de junio anunciara que se iba a presentar a las elecciones provinciales de Buenos Aires.
«Este cepo al voto popular no lo pone este triunvirato de impresentables que funge como una ficción de la Corte Suprema» sino que responden al «poder económico concentrado de la Argentina», dijo.
En declaraciones a EFE, el jurista Matías Bailone, profesor de Derecho Penal de la Universidad de Buenos Aires y conocedor del proceso, afirma que «la condena es la pieza más bochornosa de la historia judicial argentina porque contradice todas las normas que están garantizadas por el ordenamiento jurídico, violentan toda legalidad y ponen en juego el Estado de Derecho».
Bailone denunció «la forma en la que fueron concatenando hechos sin prueba alguna de cargo» durante el proceso.
«La sentencia está todo el tiempo diciendo: se supone, supondríamos, merece creer, etcétera. Terminologías que demuestran que no hay pruebas de cargo, es decir, que se ha condenado a personas sin pruebas de cargo. Esto es gravísimo», argumentó, al insistir en que «fue un juicio amañado» y un «circo mediático».
Macri y Milei celebran la caída de CFK
Sin embargo, el expresidente Mauricio Macri (2015-2019), en cuyo mandato se aceleraron las acusaciones contra Cristina Fernández, y el Gobierno del actual mandatario, Javier Milei, celebraron la ratificación de la condena.
«Quien las hace, las paga», dijo la ministra de Seguridad Nacional, Patricia Bullrich, quien ocupó el mismo cargo durante el Gobierno conservador de Macri.
El expresidente Macri expresó que «después de un período muy largo, el trabajo impecable de la Justicia culmina con este fallo histórico. Los argentinos debemos estar tranquilos porque los mecanismos de la República se expresaron con libertad».
Milei fue más parco en palabras: «Justicia. Fin» escribió en su perfil de la red social X.
Mientras tanto, militantes y dirigentes peronistas se congregaron durante toda la jornada del martes en las puertas de la sede de PJ y del domicilio de la exmandataria, donde tienen previsto pasar la noche, posiblemente una de las últimas en libertad de Cristina Fernández.
El fallo anunciado por la Corte Suprema abrió aún más la grieta social y política en una Argentina castigada por los recortes sociales del Gobierno de Milei y donde habita una sociedad abiertamente dividida entre los peronistas y el resto.