Cristina García Rodero: «la cultura popular es sabiduría a lo largo de los siglos»

La fotógrafa Cristina García Rodero ha presentado este viernes en Palma uno de sus trabajos más emblemáticos, 'España culta', imágenes del mundo rural, fiestas y tradiciones, captadas por toda España entre 1973 y 1989: "La cultura popular es la sabiduría de un pueblo a lo largo de los siglos", ha asegurado sobre esta mítica serie. EFE/MIQUEL A. BORRÀS

Palma, 13 jun (EFE).- La fotógrafa Cristina García Rodero ha presentado este viernes en Palma uno de sus trabajos más emblemáticos, ‘España oculta’, imágenes del mundo rural y de fiestas captadas entre 1973 y 1989: «la cultura popular es la sabiduría de un pueblo a lo largo de los siglos», ha asegurado sobre esta serie.

«No es mi mejor trabajo pero sí es el que la gente reivindica más, lo entiende mejor y lo valora más», ha explicado en una rueda de prensa, sobre la colección que expone la Fundación Juan March de Palma hasta el 11 de octubre, y que comenzó cuando descubrió su vocación haciendo fotos en mitad de una celebración religiosa.

Había terminado los estudios de Bellas Artes cuando obtuvo una beca de un año de la Fundación Juan March para documentar la arquitectura, el urbanismo, los trajes, tradiciones y fiestas de España.

Después de un largo y accidentado viaje, llegó tarde a la fiesta de ‘La Endiablada’, en Almonacid del Marquesado. «Me los encontré en la iglesia, haciendo sonar los cencerros, con los brazos en alto, llorando delante de San Blas, y me dije ‘no quiero otra cosa, fuera arquitectura, fuera paisaje y fuera todo: Esto es lo que yo quiero hacer», ha relatado sobre el origen de esta serie.

El año previsto inicialmente se convirtió en 5 para documentarse sobre unos ritos cuya explicación, en la mayoría de los casos, solo perduraba mediante transmisión oral. Además de convivir con la gente se dio cuenta de que necesitaba volver hasta captar una imagen que la convenciera. Para que García Rodero dé una foto por buena «tiene que tener magia, misterio; que técnica y compositivamente esté bien, pero sobre todo que emocione».

De Corpus Christi en Corpus Christi, semanas santas y carnavales, el viaje terminó prolongándose 15 años porque muchas celebraciones coincidían en la misma fecha en distintos puntos de España. «Fui encontrando algo que me emocionaba tanto y que estaba por descubrir, que yo no podía imaginar que España guardaba para mí estos tesoros».

La fotógrafa se preguntaba cómo era posible «que no se conociera nada más que la Semana Santa de Sevilla, los Sanfermines, el Rocío y los carnavales de Tenerife». Asombrada por «el desconocimiento que había y la falta de información», emprendió la ingente labor de documentar aquellas tradiciones con un objetivo: «España tiene que saber que, aparte del Rocío, que van miles de personas, hay fiestas pequeñitas que a lo mejor son las únicas supervivientes de toda Europa en este tipo de tradición».

La muestra se centra en el resultado de esos tres lustros recorriendo el país que dieron lugar al libro ‘España oculta’, con 126 fotografías. Para la muestra, la propia García Rodero ha añadido otras 33 de aquellas imágenes y se ha reeditado el libro con esas fotos que en 1989 quedaron fuera, ha explicado el director de la Fundación Juan March de Palma, Pablo Pérez d’Ors.

Abordan una temática que «no pasa nunca de actualidad», según la fotógrafa de Magnum. «Porque la viven con sus padres desde que son pequeños y eso es algo más que una fiesta, eso es recordar a tu familia», explica. «En definitiva es cultura, que nunca muere y que no se debe dejar que muera», ha reivindicado.

García Rodero defiende la importancia y la dificultad «del reportaje y la fotografía documental y humanista, sin caer en lo blando».

La fotógrafa ha explicado las reticencias por su trabajo, cuando «había desprecio por la cultura popular y por las tradiciones», en los años 70. «España lo que quería en ese momento es estar a la altura de Europa y ser una nación moderna», ha afirmado.

«Lo que pasó es que, lo que antes olía a tufillo de iglesia y régimen, en cuanto se nombraron las autonomías eran las raíces, eran tus signos de identidad», ha explicado sobre cómo ahora se ven «de otra manera», con orgullo, y «cada vez hay más deseo de encontrar cosas que se han perdido».