Cuba abre un colegio de artes y oficios para jóvenes del Caribe en un antiguo convento

Personas recorren el colegio de Santa Clara durante su inauguración este martes, en La Habana (Cuba). EFE/ Ernesto Mastrascusa

La Habana, 29 abr (EFE).- El Colegio de Santa Clara, una institución para la formación de jóvenes de Cuba y el Caribe en las artes y los oficios de la restauración, fue inaugurado este martes en la antigua sede del convento de la orden Santa Clara en el centro histórico de La Habana.

Este proyecto cultural es fruto de la cooperación entre La Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana (OHCH), el programa Transcultura de la UNESCO y la Unión Europea (UE), que aportó más de cuatro millones de dólares para rehabilitar el edificio de casi cuatro siglos y la Agencia Italiana de Cooperación para el Desarrollo.

El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, y otros altos cargos del Gobierno asistieron a la ceremonia -insertada en el programa del Mes de Europa en la isla- que inauguró la primera etapa del proyecto en uno de los cuatro claustros de la edificación del siglo XVII.

La embajadora de la UE en la isla, Isabel Brilhante, resaltó que el vínculo cultural con el Caribe es “estratégico” y “no solo fortalece” las relaciones bilaterales, sino que proyecta también “una visión compartida basada en el talento, la innovación y el respeto de nuestras identidades”.

Afirmó que en el Colegio de Santa Clara se celebra “un paso concreto en esa dirección”, abogó porque “ese conjunto monumental se convierta en un modelo de conservación creativa que inspire a otras regiones” y consideró que “Europa tiene mucho que ofrecer, pero también mucho que aprender de los contextos dinámicos como el caribeño”.

Por su parte, la directora de la Oficina Regional de la UNESCO, Anne Lemaistre, resaltó que “Santa Clara se alza como un símbolo de resistencia y renacimiento”, un “legado colectivo al Caribe y a la región” y un “faro de esperanza para las nuevas generaciones”.

El nuevo centro educativo y cultural está concebido como una institución polifuncional que ofrecerá cursos y docencia en materia de conservación, restauración y gestión del patrimonio en sus aulas, laboratorios y salón de conferencias.

El recinto, de 12.300 metros cuadrados, cuenta con un museo y sus promotores prevén la creación de un Aula Magna destinada a eventos internacionales, salas de exposiciones, una biblioteca, salones polivalentes, laboratorios y locales para actividades de todo tipo de manifestaciones artísticas.

Se prevé que los jóvenes estudiantes aprendan en este colegio de artes y oficios sobre el empleo de la madera en la arquitectura del Caribe, la preservación del patrimonio cultural, la fotografía como herramienta para la conservación y la rehabilitación de edificios patrimoniales.

Un edificio con historia

Personas participan en la inauguración del colegio de Santa Clara este martes, en La Habana (Cuba). EFE/ Ernesto Mastrascusa

El recinto religioso, fundado en 1644, fue construido para alojar a la orden de clausura de las Hermanas Pobres de Santa Clara, conocidas como las Clarisas, el mayor y primer convento femenino o establecido en la isla.

La enorme construcción de dos plantas, gruesas paredes y fachada con elevadas torres, llegó a contar en su época dorada con tres claustros, iglesia, refectorio, cocina, enfermería, huerto y las instalaciones necesarias para una comunidad de cien religiosas.

Allí residieron las clarisas hasta que en 1922 se lo vendieron a una inmobiliaria y se trasladaron a otro barrio de La Habana.

Tres años después el monasterio pasó a ser sede de la Secretaría de Obras Públicas y, tras el triunfo de la revolución en 1959, acogió diferentes instituciones, entre ellas, el Centro Nacional de Conservación, Restauración y Museología.

Finalmente, en 2012 el inmueble pasó a manos de la Oficina del Historiador de La Habana, que entonces estaba a cargo de Eusebio Leal, una figura principal en la recuperación del patrimonio arquitectónico de la capital cubana.

Él fue quien lanzó poco antes de morir en 2020 el proyecto de rehabilitación del antiguo convento de Santa Clara, pieza clave del centro histórico de La Habana, declarado en 1982 patrimonio cultural de la humanidad.