Santiago de Chile, 5 oct (EFE).- “¡Esto es Cuba papi! ¿Tenemos o no tenemos fútbol?”, el grito televisado del capitán Karel Pérez en el Mundial Sub-20 en Chile, reveló el objetivo del plantel isleño: ser vistos por los buscadores de talentos y conquistar el sueño europeo de los futbolistas, que se han hecho mayores y han logrado mostrarse como equipo revelación de la primera fase pese a su temprana eliminación.
El defensor cubano expresó el anhelo hasta entonces contenido, en medio de la emoción por el empate conseguido ante Italia 2-2 en el segundo partido del Grupo D con el cual hicieron historia en su segunda participación en este certamen.
Les tocaron rivales superiores en tradición como Argentina con la que perdieron 3-1 sobre el final del partido y Australia que impuso su experiencia con un 3-1, en un duelo donde los isleños con un triunfo podían haber peleado un lugar en octavos.
Cuba cumplió, a pesar de la eliminación, al sumar su primer punto en un mundial juvenil, marcar cuatro goles, quedar con una diferencia de (-4) y llegar al último partido con opción de avanzar de fase.
Un contraste con la edición de 2013 en la que convirtieron un gol, pero encajaron tres derrotas y quedaron con una diferencia de (-9).
La mayoría de los jugadores de la selección antillana Sub-20 están en clubes del fútbol cubano y la liga de Costa Rica, y se reforzaron con dos naturalizados que le dan visibilidad a la idea de que el futbolista cubano puede ganarse un espacio.
Se trata del delantero Alessio Raballo, nacido en Italia de madre cubana que es ficha del Torino y cedido al Parma, y Camilo Pinillo que es belga de padre cubano y juega en el segundo equipo del Lierse SK, el club de origen de la estrella Romelu Lukaku.
“Hemos demostrado que en Cuba sabemos jugar al fútbol con cualquier equipo del mundo, y eso me hace sentir muy orgulloso”, declaró Pérez a FIFA.
Todos quieren seguir los pasos de otros cubanos como el capitán de la selección mayor, Luis Javier Paradela, que juega en Rumanía; y el delantero Onel Hernández, con experiencia en la Premier League.
“Sabemos que esta es una gran oportunidad, que puede cambiar radicalmente la vida de cada uno”, añadió Pérez que está en el fútbol portugués.
Probar su valor

La historia de Pérez, que marcó un gol ante Argentina en este torneo, describe el periplo de cualquier jugador cubano en su intento de triunfar en el fútbol extranjero.
El defensor de 20 años y 1,83 de estatura salió del club CD Santiago de Cuba en 2024 fichado por el Alajuelense, de Costa Rica, donde el entonces técnico del equipo Alexandre Guimaraes no le dio minutos y terminó jugando en el juvenil.
El club centroamericano lo cedió a inicios de año al portugués Gil Vicente de primera división, pero Pérez jugó con la filial Sub-23 hasta mayo y en agosto pasado recaló en préstamo al Vianense de la cuarta categoría lusa.
El zurdo, fuerte y rápido en su juego, también ocupa la posición de lateral izquierdo y ha sido internacional con la selección cubana en 12 encuentros, pero ha dicho que entiende que debe ir de a poco.
“Ser capitán de este grupo lo es todo, han luchado mucho y estoy muy orgulloso de ellos”, expresó sobre el desempeño de sus compañeros en el Mundial Sub-20.
Entre las 24 selecciones del Mundial Sub-20, Cuba estaba penúltima en la lista del valor de mercado de su plantilla, según la página especializada Transfermarkt, que la coloca con 1,25 millones de euros, solo por encima de la debutante oceánica Nueva Caledonia estimada en 230 mil euros.
Estas cifras hacen que el cálculo del valor promedio de un jugador cubano sea de 60 mil euros, aunque la ficha de algunos es más costosa no pasan de los 100 mil euros.
El plan cubano: hijos de emigrados y exportación

La Asociación de Fútbol de Cuba (AFC) puso en marcha un plan para el desarrollo de jugadores con el que ha logrado que más de una docena de futbolistas con menos de 20 años lleguen al fútbol de Costa Rica, refleja un informe de FIFA.
La directiva del fútbol cubano ha sido un apoyo para los jugadores, según ha contado el propio Pérez en entrevistas, colaborando en el trámite de las visas y el apoyo legal para que tengan garantías contractuales.
La AFC también trabaja en la proyección de sus selecciones, y para ello apeló a la fórmula conocida de la naturalización de futbolistas nacidos fuera de la isla con padres cubanos como Raballo y Pinillo, ambos ya con minutos en la absoluta que compitió en la eliminatoria al Mundial 2026.
Por María José Rey