Cuba sufre su cuarto apagón nacional en medio año tras el fallo de una subestación

Fotografía de una calle sin luz este viernes, durante un apagón en La Habana (Cuba). EFE/ Ernesto Mastrascusa

La Habana, 14 mar (EFE).- Cerca de 10 millones de cubanos quedaron este viernes sin corriente después de que el fallo en una subestación en La Habana desestabilizase el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) y provocase el cuarto apagón total en la isla en menos de seis meses.

Cuba se encuentra sumida en una gran crisis energética -causa y efecto, a la vez, de su profunda crisis económica-, que se ha agravado desde mediados del año pasado y refleja la crónica infrafinanciación del SEN y el precario estado en el que se encuentran sus unidades de producción y su sistema de distribución eléctrica.

De acuerdo con el Ministerio de Energía y Minas (Minem) y la estatal Unión Eléctrica (UNE), la “desconexión” del SEN ocurrió sobre las 20:15 hora local (00:15 GMT del sábado), presumiblemente a raíz de una avería en la subestación de Diezmero, en las afueras de La Habana.

Esto provocó la salida en cadena de varias unidades de producción eléctrica, la subsiguiente “pérdida importante de generación en el occidente de Cuba” y, posteriormente, la “caída total” del sistema.

En distintos puntos de La Habana y del país, de acuerdo a diversos testimonios, se experimentaron fuertes fluctuaciones del flujo eléctrico y apagones intermitentes antes de que se produjese el corte total del suministro.

“Ya se trabaja sin descanso para su más pronta recuperación”, escribió en redes sociales el primer ministro, Manuel Marrero.

El ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levy, precisó que a las tres horas de la desconexión total ya funcionaban “microsistemas” en 11 de las 14 provincias del país. La UNE agregó que estas islas con corriente daban servicio a “centros vitales”.

En los últimos tres apagones nacionales, registrados en octubre, noviembre y diciembre de 2024, la UNE comenzó reactivando microsistemas (alimentados por grandes generadores que emplean fueloil o diesel) y luego procedió a interconectarlos y a llevar la corriente a las grandes centrales para poder encenderlas y sincronizarlas con el SEN.

Este complejo proceso de avance incierto -y en ocasiones con retrocesos- se prolongó durante varios días en los tres apagones nacionales previos. El Gobierno llegó a suspender la actividad laboral y escolar en todo el país. Por el momento las autoridades no se han pronunciado al respecto.

Por su parte, el Ministerio de Turismo recalcó que el sector cuenta con un “respaldo energético sólido” -en referencia a los generadores de los hoteles- lo que “garantiza la operación continua” de sus instalaciones y servicios.

Crisis energética

El SEN se encuentra desde hace meses en una situación muy precaria por las frecuentes averías en sus siete centrales termoeléctricas, con décadas de explotación y un déficit crónico de inversiones, y por la falta de diésel y fueloil para sus motores de generación distribuidos por todo el país, porque el Estado no cuenta con las divisas necesarias.

Este viernes estaba previsto que, en el momento de mayor consumo, el déficit alcanzase el 42 % de la demanda, pero el porcentaje llegó el pasado febrero a alcanzar el 57 %, la mayor tasa en al menos dos años, según los datos diarios de la UNE cotejados por EFE.

Expertos independientes explican que la crisis energética se debe a una infrafinanciación crónica de este sector, completamente en manos del Estado cubano desde el triunfo de la revolución en 1959. El Gobierno apunta a los efectos de las sanciones estadounidenses en este ámbito.

Cuba rentó en un momento hasta siete centrales flotantes (patanas) a una empresa turca para paliar la falta de capacidad de generación del SEN, pero en la actualidad sólo queda una atracada en el puerto de La Habana (sin explicación oficial al respecto). Se trataba de una solución rápida, pero onerosa y que no atajaba el problema de fondo.

Según diversos cálculos independientes, el Gobierno cubano precisaría entre 8.000 y 10.000 millones de dólares para reflotar el SEN, una inversión fuera de su alcance. Y cualquier solución sería posible tan sólo a largo plazo.

Los frecuentes apagones lastran la economía cubana, que se contrajo un 1,9 % en 2023 y no creció el año pasado, según estimaciones del propio Gobierno. De acuerdo a esas cifras, el PIB de la isla sigue por debajo de los niveles de 2019 y no lo superará este 2025, para el que el Ejecutivo prevé un avance del 1 %.

Los cortes también generan un fuerte descontento social y han sido detonante en los últimos años de inusuales protestas en la isla, como las masivas del 11 de julio de 2021, las del verano de 2022 en La Habana y Nuevitas (este) o las del 17 de marzo de 2024 en Santiago de Cuba (este) y otras localidades.