Paula Fernández
Santiago de Compostela, 12 ago (EFE).- Galicia ha empezado la cuenta atrás para la vendimia con buenas expectativas por parte del sector, que espera comenzar la campaña a finales de agosto o principios de septiembre, pero con la sombra de un problema recurrente que acucia cada año a esta actividad: la escasez de trabajadores.
En total son 33.283 las hectáreas de viñedo en la comunidad, el 3,5 % de la superficie nacional, si bien agrupan a casi el 40 % de viticultores del país, cerca de 220.000, según un informe de la Interprofesional del Vino de España.
El sector genera empleo a tiempo completo para unas 15.900 personas, pero en la vendimia, con faena para apenas los días que dura la campaña, es más complicado encontrar trabajadores.
«La gente tiene otras opciones de trabajo y al final la vendimia es algo puntual», señala a EFE el responsable técnico de viticultura en Unións Agrarias, Carlos Basalo, quien explica que cada vez son más los viticultores que recurren a empresas que les faciliten mano de obra y las contrataciones.
Esta opción, aunque algo más cara, gana peso ante la falta de oferta local, que ha disminuido respecto a años atrás, cuando muchas bodegas, sobre todo las más pequeñas, solucionaban la campaña con familiares, amigos o conocidos.
Ahora hay más controles de las administraciones para comprobar que los trabajadores tienen contrato y están asegurados.
Más de 1.600 vacantes

La compañía de recursos humanos Randstad busca cubrir más de 1.600 vacantes para la vendimia en Galicia, comunidad autónoma que concentra el mayor volumen de contrataciones previstas por esta empresa en España.
Las condiciones laborales, con un trabajo duro a altas temperaturas, influyen en esta escasez, según Basalo, así como los cambios en el calendario universitario, que empieza antes y no permite a los estudiantes participar en la vendimia, coinciden en decir a EFE desde denominaciones de origen y bodegas gallegas.
También la competencia de países como Francia, donde acuden cada año miles de españoles para la vendimia, con remuneraciones más altas.
Las ofertas publicadas en la página de Randstad para vendimiar en Galicia ofrecen entre 9 y 10 euros la hora y muchas exigen disponibilidad de lunes a domingo, mientras que en Francia no bajan de los 11,88 euros la hora, donde se sitúa el salario mínimo francés.
En una de las D.O. con más fama, la de Rías Baixas, la expectativa de batir el récord con 50 millones de kilos de uvas se enfrenta a la falta de mano de obra, confirma a EFE la bodeguera Sonia Costa, de Lagar de Costa, ya que antes la vendimia era a mediados de septiembre o principios de octubre y el cambio climático la está adelantando.
«Antes tirabas de la gente de hostelería cuando acababa la campaña del verano y de los estudiantes, que empezaban los cursos universitarios más tarde», explica Costa.
En Terras Gaudas, una de las mayores bodegas de Rías Baixas, han empezado la búsqueda pero la situación es especialmente crítica: «Estamos a bastante menos de la mitad de lo que tendríamos que tener a estas alturas y estamos preocupados y buscando otras alternativas», cuenta a EFE su director general, Iago Becerra.
Los problemas se extienden a otras zonas, como la Ribeira Sacra, donde las viñas están en escalones de piedra a lo largo de la ribera de los ríos y los tractores no pueden entrar.
«Nosotros tenemos que coger cada caja al hombro y sacarla de la viña, y cuesta mucho conseguir esos ‘carreteiros'», explica a EFE el presidente de esta D.O., Antonio Lombardía, que no cree que las remuneraciones influyan en la falta de trabajadores.
Lombardía apunta más a la despoblación, que ha vaciado y envejecido las aldeas.
«Se va solucionando como se puede», asegura a EFE por su parte el director técnico de la D.O. Monterrei, Luis Miguel López Núñez, que confirma que «cada vez es más complicado» encontrar mano de obra.
En esta zona de la provincia de Ourense tienen el apoyo de trabajadores que llegan de Portugal, aunque la vendimia es simultánea en el país vecino, por lo que muchos se quedan allí.