Tokio, 11 sep (EFE).- El ministro español de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, dijo este jueves que el impacto económico a nivel nacional de las medidas adoptadas por el Gobierno para presionar a Israel será mínimo y antepuso la necesidad de actuar frente un «genocidio» contra los palestinos.

«Hay que valorarlo y hay que tenerlo en cuenta y hay que acompañar a empresas que puedan verse perjudicadas, pero estamos hablando de algo más que del impacto económico; y, en este caso, estamos hablando de derechos humanos y estamos hablando de un genocidio», dijo el ministro durante una entrevista con EFE en la residencia del embajador de España en Tokio.
El ministro de Economía habló en estos términos, poco antes de su partida a Japón, al ser preguntado sobre la decisión del Gobierno español de endurecer su posición contra Israel y adoptar nuevas medidas.
Entre ellas destacan un embargo de armas, la prohibición del acceso a territorio español de quienes participen de forma directa en el «genocidio», el rechazo al paso por espacio aéreo español de aeronaves del Estado que transporten material de defensa destinado a Israel y la prohibición del tránsito por puertos españoles de los barcos que transporten combustibles para las fuerzas israelíes.
«Las exportaciones a Israel ahora mismo suponen -las totales, no estoy hablando ni siquiera del armamento- un 0,5 % del total de las exportaciones, es decir, la exposición es muy limitada», aseguró Cuerpo, que visita Japón por segunda vez en poco más de un año y donde estará hasta el viernes.
El ministro dijo que, desde el inicio del conflicto, ha sido la propia ofensiva israelí la que ha hecho que se vayan reduciendo los intercambios comerciales «de manera natural» y que la exposición directa para la economía española es «muy poco significativa».
Según las medidas del Gobierno, también se prohibirá la importación de productos de los asentamientos judíos ilegales de Gaza y Cisjordania para combatir esas ocupaciones, frenar el desplazamiento forzoso de población palestina y mantener viva la solución de los dos Estados, una propuesta respaldada por Japón.