Daniel Levy, el artífice de la transformación del Tottenham

EFE/EPA/FACUNDO ARRIZABALAGA

Londres, 5 sep (EFE).- Daniel Levy, quien asumió la presidencia ejecutiva del Tottenham Hotspur en 2001, anunció el jueves que dejaba el cargo tras casi 25 años al frente del club, marcando el final de una de las etapas más influyentes en la historia de los ‘Spurs’.

Bajo su liderazgo, el Tottenham se transformó en una institución moderna, potente en lo financiero y ejemplar en infraestructuras, aunque esa misma gestión dejó una sensación de deuda en lo deportivo al no alcanzar las expectativas de sus aficionados, a pesar de lograr momentos históricos como la final de la Liga de Campeones en 2019.

Desde su llegada, Levy apostó por modernizar al Tottenham y situarlo a la altura de los grandes clubes europeos en materia de infraestructuras, y su proyecto más ambicioso fue la construcción del Tottenham Hotspur Stadium.

Inaugurado en 2019, está considerado uno de los recintos más modernos del planeta, con capacidad para 62.000 espectadores y preparado para albergar no solo partidos de fútbol, sino también encuentros de la NFL y conciertos de artistas internacionales como Beyoncé o Guns N’ Roses.

A ello se sumó la creación en 2012 del centro de entrenamiento Hotspur Way en Enfield, una instalación de primer nivel que incluso fue utilizada por la selección de Brasil para preparar el Mundial de Rusia 2018.

En el plano deportivo, el Tottenham disputó competiciones europeas en 18 de las últimas 20 temporadas y alcanzó una histórica final de Liga de Campeones en 2019 bajo la dirección de Mauricio Pochettino en la que cayó frente al Liverpool en el estadio Metropolitano de Madrid.

En cuanto a títulos, el balance se limita a la Copa de la Liga en 2008 y la Liga Europa de 2025 conquistada ante el Manchester United, logros considerados insuficientes por buena parte de la afición.

La gestión de Levy también estuvo marcada por la inestabilidad en el banquillo, donde a lo largo de su mandato pasaron más de una decena de entrenadores, entre ellos José Mourinho, Antonio Conte, Mauricio Pochettino o Ange Postecoglou.

La salida de este último tras conquistar la Liga Europa y la destitución de Pochettino después de llevar al club a la final de la ‘Champions’ fueron interpretadas como muestras de impaciencia que dificultaron la consolidación de un proyecto a largo plazo.

En paralelo, el dirigente aplicó una política financiera estricta que permitió al Tottenham mantener independencia respecto a grandes inversores extranjeros, algo poco habitual en la Premier League.

Cuando asumió el mando, el club estaba valorado en torno a 92 millones de euros y en 2025 alcanzó los 3.100 millones, según Forbes, un salto que refleja el crecimiento económico y de prestigio logrado bajo su gestión.

El apartado de fichajes fue otro terreno en el que su figura estuvo siempre bajo la lupa al ser conocido por su dureza en las negociaciones al llevar al límite operaciones como las ventas de Luka Modric y Gareth Bale al Real Madrid.

Sin embargo, su acierto fue menor a la hora de reinvertir esos ingresos. Tras la venta de Bale en 2013 por 100 millones de euros, el club incorporó a siete jugadores —entre ellos Roberto Soldado, Paulinho o Étienne Capoue— que nunca alcanzaron el nivel esperado.

Más tarde, fichajes como el de Tanguy Ndombélé, por 60 millones, el cuarto más caro de la historia del club, también acabaron siendo decepcionantes.

El legado de Levy combina la modernización y crecimiento económico del club con la frustración de no haber convertido esa fortaleza en títulos de primer nivel.

Javier Peña Atienza