Londres, 17 sep (EFE).- Kevin de Bruyne, considerado por muchos el mejor futbolista en la historia del Manchester City, regresa a la que fue su casa durante una década, aunque esta vez como rival, tras despedirse en junio para emprender una nueva etapa en el Nápoles.
El City afronta su estreno en la Liga de Campeones frente al conjunto italiano con el aliciente del regreso del belga que dejó huella al conquistar 19 títulos, incluida la primera y única Champions del City en 2023.
Su legado ha quedado inmortalizado no solo en las vitrinas, sino también en la memoria de la afición, que ya prepara una noche de homenaje.
El club ya anunció que iban a construir una estatua a su figura en las inmediaciones del estadio, que se unirá a las de otras leyendas como Sergio Agüero, David Silva y Vincent Kompany.
El regreso del belga coincide con un momento de reconstrucción para el City, que afronta este curso con la necesidad de demostrar que sigue siendo candidato a todo.
Tras una temporada 2024-25 en blanco, Pep Guardiola ha remodelado su plantilla con incorporaciones como la del portero Gianluigi Donnarumma, procedente del PSG, para cubrir la salida de Ederson tras ocho años en el club, además de los fichajes de Tijani Reijnders, Rayan Cherki y Rayan Aït-Nouri, estos últimos lesionados.
En la Premier League, el arranque ha sido irregular, con dos victorias y dos derrotas en las primeras cuatro jornadas, aunque la contundente victoria por 3-0 en el derbi ante el Manchester United, con doblete de Erling Haaland, ha devuelto confianza a un grupo que busca recuperar la grandeza europea.
El reto es mayúsculo: desde el título de 2023, el City ha encadenado dos eliminaciones consecutivas en la Champions, ambas frente al Real Madrid, primero en cuartos de final y la pasada temporada en octavos, lo que aumenta la presión de cara a este nuevo intento de reinar en Europa.