De Groenlandia a la Antártida, el gran reto helado de Bego Alday

Begoña Alday, durante su preparación en Groenlandia para el Ironman.  EFE/ Bego Alday/ ***SOLO USO EDITORIAL/SOLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA (CRÉDITO OBLIGATORIO)***

Bilbao, 28 jun (EFE).- Completar un ‘Ironman’ es uno de los retos deportivos más exigentes a los que se puede enfrentar un deportista. Pero completar 3,8 kilómetros de natación, 180 de ciclismo y 42 de carrera a pie en la Antártida roza lo sobrehumano. Y ese, nada menos, es el gran desafío para el que prepara Bego Alday.

Begoña Alday, durante su preparación en Groenlandia para el Ironman.  EFE/ Bego Alday/ ***SOLO USO EDITORIAL/SOLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA (CRÉDITO OBLIGATORIO)***

Alday (Vitoria, 1995) acaba de regresar de Groenlandia donde ha realizado uno de sus últimos test de preparación. La alavesa empleó 29 horas y 14 minutos en completar un ‘Ironman’ en la isla más grande del mundo, en unas durísimas condiciones: 5 grados de temperatura ambiente y 3 grados la del agua, salvando 2.222 metros de desnivel.

Bego Alday (i), durante su preparación en Groenlandia para el Ironman de la Antártida. EFE/ Bego Alday/ ***SOLO USO EDITORIAL/SOLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA (CRÉDITO OBLIGATORIO)***

«El sector más duro es el de la natación, el agua está muy, muy fría. Lo hicimos entre Narsarsuaq y Qassiarsuk, algo que creo que hasta ese momento no lo había hecho nadie. Fue muy duro, pero también muy interesante para preparar la Antártida», admite Alday en una entrevista a EFE.

Begoña Alday, durante su preparación en Groenlandia para el Ironman de la Antártida.  EFE/ Bego Alday/ ***SOLO USO EDITORIAL/SOLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA (CRÉDITO OBLIGATORIO)***

Esta experiencia en una de las regiones más remotas del sur de Groenlandia es la cuarta y penúltima etapa del proyecto ‘IronHuman’ que Alday quiere culminar en enero de 2026 convirtiéndose en «la primera persona ‘no man’, fuera de la categoría masculina» en completar una prueba de este tipo sobre el continente helado.

Antes de la aventura groenlandesa, Alday, capitán de la marina mercante, activista e ‘influente’ en redes con más de 400.000 seguidores en Instagram, ha completado a lo largo de este 2025 un ‘medio ironman’ en Islandia, la Arctic Ultra de Canadá, la carrera más fría del mundo, y un entrenamiento en un lago congelado de Finlandia para trabajar técnicas de resistencia al frío y control de la hipotermia. Siempre por encima del paralelo 50.

Un año de preparación extrema que completará en verano con una «gira confidencial» como última fase de la puesta a punto para llegar en las mejores condiciones físicas y mentales a un desafío que espera «con ganas y nervios, a partes iguales».

«Es algo duro físicamente, que tiene muchos peligros y en el que hay que estar muy concentrada para escuchar las señales que te da el cuerpo. Para ver lo que está pasando en todo momento, y no ponerte en peligro. Quiero terminar la Antártida en 2026, pero quiero terminarlo bien y volver sana y salva a casa. Ese es el objetivo», confiesa.

La vitoriana admite que la experiencia de Groenlandia «ha sido un antes y un después del proyecto» tanto para ella como para el equipo que comparte con Camino Fernández, Celia Alive y Julieta Malaneschii encargado de documentar este proceso. Además, el proceso de preparación deportiva y de alimentación es controlado por Emen4 Sport.

«Hemos podido probarnos en una situación muy parecida. Nos vamos cada vez acercando más a lo que vamos a hacer en la Antártida y nos hemos sentido muy capaces. Luego puede pasar lo que sea, pero ha sido un respiro enorme. Hay mucha motivación, pero también mucha responsabilidad», reflexiona.

«Hay un poco de presión, pero también que hay que aprender a manejarla. Estoy muy contenta de que las chicas hayan podido también entrenarse porque también tienen que saber responder en estos momentos. Hemos cometido muchos fallos, los tenemos todos apuntados y de cara a la Antártida vamos a por todas», recalca Alday.

En definitiva, simular las condiciones extremas de la Antártida para testar cuerpo, mente y equipo antes de un reto que, además los límites en un entorno tan hostil, pretende «cuestionar los moldes tradicionales del deporte de resistencia, dando visibilidad a nuevas formas de habitar el esfuerzo, el liderazgo y la aventura».