Madrid, 6 jul (EFE).- El crecimiento del Real Madrid de Xabi Alonso, como equipo y en su fútbol, se extendió en los cuartos de final del Mundial de Clubes, con una primera parte de dominio, riqueza táctica y acciones de alto nivel en una exhibición que se convirtió en aviso en cuanto levantó el pie, acusando el cansancio y sembrando dudas físicas en un final que empañó el pase a semifinales.
Xabi Alonso demuestra cada partido que en función del rival y sus virtudes, analizando sus puntos fuertes, modifica su dibujo para obtener el mejor rendimiento. Ante el Borussia Dortmund repitió once por tercer partidos consecutivo, pero renunció a la defensa con tres centrales, adelantó la posición de Aurélien Tchouaméni para una configuración en 4-2-3-1 que se modificó con ajustes. Por momentos Alexander-Arnold ayudaba a los centrales y Fede Valverde caía a banda derecha. El Real Madrid fue un muro durante gran parte del encuentro para el rival.
. La sintonía coral
Con balón encontró el equipo de Xabi Alonso el camino hacia la brillantez. Acciones colectivas, con muchos jugadores participando, ofreciendo siempre dos opciones de pase al receptor de balón, movilidad y criterio en la posesión. Fue menor que la del Borussia Dortmund pero más efectiva.
La figura de Tchouaméni aumentó la confianza de Arda Güler en la base del juego. Xabi Alonso pidió paciencia en la víspera, le concedió al turco, que había cometido alguna perdida de riesgo ante Salzburgo y Juventus, el derecho a fallar. Es parte del camino en el paso a una nueva demarcación de un futbolista de perfil ofensivo.
Y Güler respondió con una primera parte excelsa que impulso el juego del Real Madrid. Con visión y calidad en el pase, facilidad para asociarse con cualquiera de sus compañeros, y aumentando el criterio. Una imagen, salvando las distancias, que le acerca al papel de heredero de Luka Modric.
. Gonzalo, máximo goleador del Mundial
Sostiene Xabi Alonso su apuesta por Gonzalo García y la figura de un 9 pese a la mejoría física de Kylian Mbappé. La demostración de personalidad del técnico encuentra recompensa de forma continua. El canterano demostró nuevamente por qué es una de las sensaciones del Mundial de Clubes, marcando de nuevo el primer tanto del partido y dando el salto al grupo de jugadores que lideran la clasificación de goleadores con cuatro dianas.
Lanzado en confianza tras derribar la puerta, aprovechando el momento con el que sueña cualquier canterano, Gonzalo encontró un espacio entre una poblada defensa del Dortmund con tres centrales, para rematar de diestra, de primeras, un servicio de Güler que disparó el mejor arranque de un partido del torneo del Real Madrid. Cinco titularidades y cuatro goles. Un rendimiento que nadie podía esperar y que da un giro a su presente para pasar a formar parte de la primera plantilla desde agosto pese a tener numerosas ofertas sobre la mesa.
La reivindicación de Fran García
Titular indiscutible en el Mundial ante la lesión de Ferland Mendy, verse obligado a demostrar que merece seguir en el club no le ha pesado a Fran García. Jugando cada partido consciente de que el club busco en Álvaro Carreras un nuevo inquilino para su demarcación, trabajando siempre en silencio, su rendimiento ha ido creciendo hasta poner firma a uno de sus mejores partidos.
Más allá del gol, apareciendo en área contraria como le había indicado Xabi Alonso para verse más cerca del éxito, Fran fue un tormento para el Dortmund desde el inicio en sus subidas con criterio al ataque. De sus palabras se extrae que la confianza que siente ahora la perdió con Carlo Ancelotti, que ubicó en su zona a Camavinga o David Alaba en citas grandes en las que se sentía preparado para rendir. «Fran García siempre ha sido el mismo. La confianza y la continuidad lo es todo», reivindicó tras un partido que pone en valor su figura, más cómodo en los nuevos sistemas, beneficado del mayor trabajo defensivo de todos y con más opciones de incorporarse en fase ofensiva.
El esfuerzo de Trent
Fue el partido más difícil de jugar en la carrera de Alexander-Arnold, pero sintió que el mejor homenaje que le podía hacer a su amigo fallecido, Diogo Jota, era en el terreno de juego. Destrozado en lo anímico, intentando aún asimilar lo ocurrido, sin poder contener las lágrimas en el minuto de silencio, Trent se dejó todo lo que tenía en el poco más de una hora que estuvo en el partido.
Pese a que le está costando la adaptación al Real Madrid, le puso la firma a su segunda asistencia en el Mundial en una acción de laterales. El derecho atacó y buscó el centro al área; el izquierdo lo remató a la red sorprendiendo con su llegada. Alexander-Arnold mejoró en defensa, ayudó a los centrales y se ofreció siempre. Por momentos logró liberarse en el partido de la mala noticia que tanto ha afectado a cada uno de los que fueron compañeros en el Liverpool o la selección portuguesa.
. Tchouaméni, centenario y «pilar»
La importancia de Aurélien Tchouaméni desde el primer día de Xabi Alonso ha quedado patente. «Un pilar», como reconoció el técnico tolosarra, que está logrando acercar al francés a la mejor de sus versiones. Ha logrado mejorar sus prestaciones defensivas arropado en línea de tres centrales cuando se incrusta en la demarcación y lo ha trasladado cuando regresa a su demarcación natural, la de mediocentro, como en los cuartos de final.
Fue el triunfo cien de Tchouaméni con el Real Madrid. Superado un momento de crisis en la temporada cuando sintió la furia de la parte crítica de la afición madridista del Santiago Bernabéu. No se vino abajo, demostró personalidad y ha demostrado una capacidad de superación ejemplar para ser muy importante en un equipo en el que están brillando más jugadores de su perfil que las grandes estrellas.
Con Vinícius alejado de su nivel, Jude Bellingham irregular, Mbappé volviendo poco a poco, jugadores como Tchouaméni han asumido la responsabilidad. El Real Madrid gana menos partidos desde la calidad individual y lo hace desde el buen funcionamiento colectivo. «Es muy inteligente a la hora de coger los conceptos. Su posición es clave para ser fuertes en el medio», palabra de un centrocampista referente como Xabi Alonso.
. Courtois, salvador
No hay partido en el que Thibaut Courtois no deje una parada decisiva. Lo hizo para salvar al Real Madrid de la prórroga cuando se encadenaron dos errores que costaron caros. El primero de Antonio Rüdiger en un mal despeje, al centro, que fue castigado con el primer gol del Dortmund. El segundo el penalti cometido por Dean Huijsen, con el tiempo añadido ya prácticamente cumplido, que apretó el marcador y, lo que es peor, deja a Xabi Alonso sin un jugador importante no solo por su labor defensiva, sino por el inicio de juego que iba a aportar (es el jugador del Real Madrid que más pases da en el Mundial), ante un PSG con presión alta.
El partido acabó con la clásica parada salvadora de un portero que da partidos. Courtois evitó una prórroga en inferioridad numérica de un Real Madrid al que se le vio cansado en la segunda parte, muy justo ya en el físico tras la temporada con más encuentros de su historia. Los momentos de duda frenan la euforia y fueron un aviso antes de someterse al examen más duro, el del vigente campeón de Europa, el PSG de Luis Enrique.
Roberto Morales