Madrid, 18 abr (EFE).- Fieles y visitantes de todo el país no han querido perderse este Viernes Santo las citas ineludibles de una jornada marcada por una multitudinaria Madrugá, en Sevilla, con la visita de la reina emérita 40 años después; por el museo andante de los Salzillos, en Murcia, o el eco de los tambores de Calanda en el Bajo Aragón.

Para alivio de muchos, que vieron el año pasado cómo se suspendían algunas de sus procesiones, el tiempo ha respetado la salida de las principales imágenes y cofradías de muchas ciudades este Viernes Santo, que marca el rumbo hacia el final de la Semana Santa, a la espera de la llegada del Domingo de Resurrección.

Con especial expectación se ha vivido en Sevilla, testigo de una Madrugá que ha vuelto a generar emoción tras la suspensión el pasado año por la lluvia y que ha contado con la visita de la reina emérita, doña Sofía, después de cuatro décadas.
A lo largo de la noche, las seis hermandades que procesionan en la Madrugá, con algunas de las imágenes más veneradas de la ciudad, han recorrido sus calles y han visto amanecer. Poco después del mediodía, la entrada de la Macarena, la Virgen de los Gitanos y la Esperanza de Triana ha puesto fin a una cita de grandes cortejos, multitudinaria, pero también tranquila.
Una estampa inédita se vivía también esta madrugada en Zamora, cuando el coro ha entonado el canto a capela del ‘Miserere’, en la procesión de la Penitente Hermandad de Jesús Yacente, resonando las voces por primera vez en las paredes exteriores de la catedral.
Su vecina Valladolid ha amanecido este Viernes Santo con el tradicional Pregón de las Siete Palabras, un texto leído a caballo por la cofradía del mismo nombre y cuyo pergamino ha entregado en mano al cofrade pregonero, Álvaro Gimeno, el arzobispo vallisoletano y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello.
También por primera vez, las últimas siete palabras que dijo Cristo antes de morir en la cruz, se han podido transmitir en la capital castellanoleonesa en lengua de signos.
Y como cada Viernes Santo, la tierra ha comenzado a temblar a medianoche al sonido de bombos y tambores en la Rompida de la Hora en el Bajo Aragón Histórico, que se ha producido al unísono en siete localidades, mientras que en Calanda ha sido a las 12 del mediodía, cuando, en el 125 aniversario del nacimiento de Luis Buñuel, su nieto, el también cineasta Diego Buñuel, ha dado el primer toque.
Otra cita ineludible esta jornada se ha vivido en Murcia, donde miles de personas han acompañado a la procesión de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, más conocida como los Salzillos, en un museo itinerante en el que las icónicas tallas del escultor barroco Francisco Salzillo han recorrido las calles del casco antiguo al amanecer.
Antes de la salida del sol echaba a andar en Cuenca la procesión Camino del Calvario, popularmente conocida como Las Turbas, donde centenares de tambores han sonado por el casco histórico de la ciudad.
Un especial recuerdo a los afectados de la dana del pasado mes de octubre han tenido en Picanya (Valencia), donde su viacrucis ha realizado paradas frente a viviendas y comercios dañados por las inundaciones.
En otras localidades, como Benetússer, han tenido que adaptar la Semana Santa, después de perder en la riada algunos escenarios, como el pretorio romano en el que desde 1962 se venía representando el juicio de Jesús ante Pilatos.
También imprescindible ha sido este Viernes SAnto la tradicional pasión viviente de la localidad vizcaína de Balmaseda, la representación más célebre en Euskadi de las últimas horas de sufrimiento que padeció Jesús antes de ser crucificado, que miles de personas no se han querido perder.
En cambio, en Ferrol (Galicia), la lluvia ha seguido marcando el paso y, como sucedió ayer, donde las tres procesiones fueron suspendidas, este Viernes Santo se han cancelado cuatro de sus seis procesiones.