De la riada del 57 a la dana: un libro analiza el impacto de la furia del agua en Valencia

El periodista Víctor Maceda durante la entrevista con EFE con motivo de la presentación del libro que empezó a escribir cuando el barro aún llenaba las calles y que acaba publicarse, 'Les cicatrius de València' (Editorial Pòrtic), un ejercicio de periodismo narrativo en el que Maceda (València, 1976) se ha sumergido en la dos catástrofes separadas por siete décadas que han dejado una herida en el imaginario colectivo: la de 1957, ya cicatrizada, y la de 2024, aún abierta aunque se pueden sacar ya conclusiones. EFE/Biel Aliño

Loli Benlloch

València, 7 sep (EFE).- La gran riada de València de 1957 y la devastadora dana del pasado 29 octubre son dos tragedias originadas por «la furia del agua» que han marcado a los valencianos, cuyas causas e impacto social analiza el periodista Víctor Maceda en un nuevo libro que empezó a escribir cuando el barro aún llenaba las calles.

Se trata de ‘Les cicatrius de València’ (Editorial Pòrtic), un ejercicio de periodismo narrativo en el que Maceda (València, 1976) se ha sumergido en la dos catástrofes separadas por siete décadas que han dejado una herida en el imaginario colectivo: la de 1957, ya cicatrizada, y la de 2024, aún abierta aunque permite sacar ya conclusiones.

«Igual que nuestros antepasados siempre hablaban de la riada del 57, que además cambió por completo la fisonomía de València, la dana del 2024 será recordada por nuestros hijos como un acontecimiento que ha marcado la vida de mucha gente que la ha sufrido en primera persona, y en general de toda la sociedad valenciana», indica a EFE.

El libro, que ha llegado esta semana a las librerías y se presentará el 10 de septiembre, dedica la mitad de sus páginas a un ejercicio de memoria de la riada del 14 octubre de 1957, en la que murieron 81 personas en València y para la que se ha documentado en la prensa de la época y libros, y la otra mitad a la dana de hace diez meses, en la que murieron 228 personas en la provincia de Valencia y que cubrió como periodista.

Como un tsunami o un gran terremoto

El periodista Víctor Maceda durante la entrevista con EFE con motivo de la presentación del libro que empezó a escribir cuando el barro aún llenaba las calles y que acaba publicarse, 'Les cicatrius de València' (Editorial Pòrtic), un ejercicio de periodismo narrativo en el que Maceda (València, 1976) se ha sumergido en la dos catástrofes separadas por siete décadas que han dejado una herida en el imaginario colectivo: la de 1957, ya cicatrizada, y la de 2024, aún abierta aunque se pueden sacar ya conclusiones. EFE/Biel Aliño

De las inundaciones por la dana de octubre, que dejaron «un caos como si hubiera pasado un tsunami o un gran terremoto», Maceda cree que se pueden sacar ya conclusiones de los fallos cometidos no solo ese día y los meses posteriores, sino durante los años anteriores de «vorágine de crecimiento desorbitado en el que se ha relacionado el bienestar común con crecer sin límite».

Una de las cuestiones que más le ha llamado la atención de esta tragedia es «el desamparo que sufrió buena parte de la ciudadanía» afectada, que se ha quedado con «la sensación de que todos los políticos son iguales» y solo buscan «rédito político»: un «caldo de cultivo perfecto para discursos extremistas» que habrá que ver cómo se traduce en las próximas elecciones.

La dana dejó imágenes que parecían «impensables tan cerca de nuestras casas», de coches apilados, bajos destruidos y fallecidos flotando en el agua, rememora este periodista valenciano, una destrucción «tan enorme» que considera que seguramente se podría ir más rápido en la reconstrucción, pero «no mucho más».

La rebeldía de un alcalde y un director de periódico

Maceda rescata un episodio importante de la riada del 57 que quizá no se recuerda mucho en la actualidad: el «acto de rebeldía» del alcalde de entonces, Tomás Trénor, y del director del periódico Las Provincias, Martí Domínguez, de denunciar públicamente en pleno franquismo que no llegaban las ayudas prometidas tras el desastre y apelar a los valencianos a luchar por lo suyo.

«Hoy en día nos podemos quejar de que este gobernante o este otro no ha estado a la altura de las circunstancias, pero en aquel momento eso tenía un precio y lo pagaron: ambos fueron sustituidos a los pocos meses», destaca Maceda, quien reivindica asimismo el papel que jugó el presidente del Ateneo de València, Joaquín Maldonado.

En esa riada también hubo bulos -se especuló con que había 2.000 muertos- y una explosión de solidaridad, como en la dana de octubre, «la gran tragedia que ha vivido España en la historia reciente, más allá de atentados», por el coste en vidas humanas y el impacto económico, afirma Maceda.

Una de las consecuencias de esta riada fue desviar el río Turia, una decisión que en la dana de octubre «condenó a l’Horta Sud», señala Maceda, pues la comarca se convirtió en «el desván» de la capital valenciana, donde se apiñaron fábricas y centros comerciales en «una inmensidad de cemento» mientras multiplicaba su densidad de población.