De Nepal a Indonesia: los jóvenes asiáticos se alzan contra la corrupción y la desigualdad

Fotografía de archivo, tomada el 09/09/2025, que muestra a un joven sosteniendo la bandera nacional de Nepal en medio de las protestas y distrubios desatados en el país. (Protestas) EFE/EPA/NARENDRA SHRESTHA

Redacción Asia, 12 sep (EFE).- Desde Nepal hasta Indonesia, pasando por Filipinas, Bangladés y Sri Lanka, los jóvenes asiáticos han reaccionado con furia a sistemas marcados por la corrupción y las desigualdades y han protagonizado protestas que en algunos casos han conseguido derribar gobiernos.

La Generación Z, como se autodenomina, es protagonista de masivas protestas que han llegado a hacer caer a primeros ministros y otros altos cargos, con Nepal e Indonesia como los ejemplos más recientes.

Jóvenes frente a la élite nepalí

Nepal está sumido en un limbo institucional tras varios días de protestas lideradas por jóvenes que forzaron la dimisión de su primer ministro, K.P. Sharma Oli, y que han dejado al menos 31 muertos.

Bajo control militar, el país intenta retomar una frágil normalidad, después de que el lunes miles de jóvenes salieran a las calles para denunciar la corrupción y el nepotismo, y reclamar oportunidades de empleo en un país donde la Generación Z, más formada que nunca, se ve forzada a emigrar para sobrevivir.

En la oleada de disturbios de los últimos días, los manifestantes asaltaron e incendiaron el Parlamento, en Katmandú, y residencias de ministros, lo cual dividió a los propios jóvenes, en proceso de definirse como actores políticos en el nuevo escenario.

Los jóvenes nepalíes negocian ahora con el Ejército, mientras buscan una figura capaz de liderar la transición.

Estudiantes indonesios contra privilegios de políticos

Indonesia acumula más de dos semanas de protestas estudiantiles que estallaron a finales de agosto en Yakarta al conocerse que los diputados pasarían a percibir salarios mensuales de hasta 14.000 dólares, mientras la mayoría de trabajadores cobran alrededor del 3 % de esa cantidad.

La violencia irrumpió en las calles del país después de que, el segundo día de concentraciones, con estas ya extendidas más allá de la capital, muriera atropellado por un vehículo policial un joven trabajador de la aplicación GoJek ( el «Uber indonesio»).

Ante su muerte y otros incidentes, el presidente indonesio, el exmilitar Prabowo Subianto, revocó varios privilegios de los diputados. Sin vincularlos a las protestas, el dirigente también anunció esta semana cambios en el Gobierno, destituyendo a la veterana ministra de Finanzas, Sri Mulyani.

La cifra de fallecidos durante las protestas alcanza al menos la decena y las ONG han denunciado la desaparición de una veintena de manifestantes.

Una bandera negra con una calavera caricaturizada fue vista como símbolo de protesta por primera vez en Indonesia y posteriormente adoptada por los manifestantes nepalíes.

Filipinas protesta contra la corrupción

Más de 2.000 estudiantes universitarios de Filipinas, muchos enfundados en vestimentas negras, protestaron este viernes contra la corrupción.

 Las manifestaciones se producen en medio de un clima de indignación en el archipiélago, debido a millonarios proyectos para controlar inundaciones que se finalizan sobre el papel pero resultan inexistentes o de pésima calidad sobre el terreno, y que el presidente filipino, Ferdinand Marcos Jr., ordenó investigar.

Con el objetivo de evitar estallidos de violencia como los vividos en Nepal o Indonesia, las autoridades desplegaron hoy un dispositivo de seguridad de 2.500 efectivos en Manila.

El hartazgo juvenil tumbó a Hasina en Bangladés

En el verano de 2024 en Bangladés fueron jóvenes universitarios y recién licenciados quienes encabezaron las protestas contra un sistema de cuotas de empleo que beneficiaba a la clase privilegiada, mientras para muchos formarse no servía de nada.

La revuelta dejó más de 1.400 muertos, según la ONU, y precipitó la huida al exilio tras quince años en el poder de la entonces primera ministra Sheikh Hasina.

Tras su caída, jóvenes activistas propusieron al Nobel de la Paz Muhammad Yunus como figura neutral para encabezar el Gobierno interino, evitando una transición dirigida por los militares.

Algunos líderes estudiantiles llegaron a incorporarse al gabinete, aunque su peso ha sido limitado y parte de ellos optó después por organizarse en nuevos movimientos políticos.

Sri Lanka, un movimiento heterogéneo

En 2022, una crisis económica sin precedentes en Sri Lanka desencadenó una ola de protestas protagonizadas por estudiantes, trabajadores, familias y también colectivos tradicionalmente marginados, como activistas LGTBI, que se unieron en un movimiento transversal que reclamaba dignidad y un futuro más justo.

La presión ciudadana alcanzó su punto álgido con la ocupación de edificios oficiales y la toma de la residencia presidencial en Colombo, lo que obligó al mandatario Gotabaya Rajapaksa a huir y presentar su dimisión.

La revuelta marcó un precedente en el continente, donde una nueva generación está decidida a luchar por su futuro en sistemas que hasta ahora les habían cerrado la puerta. EFE

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