Alberto Ferreras
Zamora, 10 may (EFE).- Del bordado de la salmantina Sierra de Francia al último tejedor de estameña con el que se extinguirá ese oficio artesanal en Pradoluengo (Burgos), el V Festival Internacional de Indumentaria Tradicional Galanura reúne este fin de semana en Zamora a una treintena de artesanos de la vestimenta del pasado.
Junto a ese foro de artesanos de la indumentaria tradicional, Galanura programa este fin de semana en el Teatro Ramos Carrión de Zamora pasarelas en las que no se desfila con moda actual, sino con un centenar de trajes regionales y vestimentas típicas de distintos lugares de España y de Serbia.
Son las dos actividades principales de un festival que incluye también exposiciones y un programa didáctico para transmitir a las nuevas generaciones el valor inmaterial de los trajes tradicionales.
No solo inmaterial, ya que por ejemplo el bordado de una camisa como las de antes, con motivos serranos, puede llegar a costar hasta 1.500 euros y no es para menos, ya que puede llevar hasta nueve meses de trabajo, según ha detallado a EFE la alcaldesa de Mogarraz (Salamanca), Soledad Álvarez.
En su puesto se muestra la iconografía del bordado serrano plasmada en paños de difunto, cojines o camisas tradicionales con motivos decorativos con forma de granadas, leones, pájaras y peces.
Pese al precio de estas prendas, Soledad Álvarez ha precisado que no se paga por ellas lo que realmente valen, ya que llevan mucho tiempo y esfuerzo y cada vez resulta más difícil encontrar determinados materiales y colores de hilos con los que se elaboran.
Atraer a jóvenes bordadores
Aun así, desde Mogarraz pretenden continuar la labor de difusión y promoción del bordado serrano para intentar atraer a la gente más joven, “para que siga en esto y siga apreciando lo suyo”, ha añadido.
Donde parece difícil el relevo generacional es en Pradoluengo, localidad burgalesa en la que Santiago Hernando es el último artesano que elabora la estameña utilizada en vestimentas tradicionales como la capa parda alistana, típica de Zamora.
Santiago Hernando ha explicado que sus tatarabuelos ya se dedicaban a ese oficio pero él, a sus 62 años, no tiene a quien enseñarlo para que le de el relevo, por lo complicado que resulta
Hay que seleccionar las lanas, luego hay que tejerlas y el trabajo es “muy laborioso”, ha admitido para poner de relieve las dificultades que encuentra en todo el proceso, desde la selección del vellón y la compra de una lana buena, hasta el hilado, la elaboración del tejido, el acabado en el batán y el tintado.
Trabajo vocacional
“Es un trabajo que no lo quiere hacer nadie, hay que nacer con ello, hay que vivirlo, hay que sentirlo y te tiene que gustar, porque es un poco vocacional también”, ha declarado EFE Santiago Hernando, que ha reconocido que, de momento, tiene tela para rato, porque ni se plantea la jubilación.
El festival Galanura ha mostrado este sábado pasarelas de indumentaria tradicional aragonesa de Fraga (Huesca), andaluza de Puebla de Guzmán (Huelva), castellana de Tiedra (Valladolid), leonesa de la comarca zamorana de Tierra del Pan o valenciana de Requena.