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Denuncian el encarcelamiento de núcleos familiares enteros por ser opositores en Nicaragua

Los esposos y copresidentes de Nicaragua, Daniel Ortega y Rosario Murillo, en una foto de archivo. EFE/Jorge Torres

San José, 3 sep (EFE).- Organismos defensores de los derechos humanos y de oposición denunciaron este miércoles el encarcelamiento de núcleos familiares enteros por ser disidentes o críticos con el Gobierno de Nicaragua que dirigen los esposos y copresidentes, Daniel Ortega y Rosario Murillo.

«El régimen Ortega-Murillo ya no solo encarcela a opositores: ahora apresa a núcleos familiares enteros», alertaron los organismos Unidad de Defensa Jurídica, Raza e Igualdad, Movimiento Autónomo de Mujeres de Nicaragua, Iniciativa Mesoamericana de Mujeres Defensoras de Derechos Humanos y el Colectivo de Derechos Humanos Nunca Más, en un informe.

Según esos organismos, en las últimas redadas al menos cuatro familias han sido detenidas, incluida la del general en retiro Álvaro Baltodano Cantarero, un antiguo asesor del presidente Ortega, quien fue acusado por la Procuraduría General de Justicia de lavado de dinero y le canceló la concesión de una planta de generación de energía geotérmica de la que era directivo.

La Procuraduría acusó a Baltodano Cantarero, quien era el delegado presidencial nicaragüense para las inversiones, así como a su hijo, el empresario Álvaro Baltodano Monroy, de crear «20 sociedades de papel» para lavar dinero y evadir impuestos.

Otra familia detenida es la del coronel en retiro Carlos Brenes, quien fue aprehendido junto a su esposa, Salvadora, el 15 de agosto de 2025 en una finca entre los municipios de Masatepe y Jinotepe (suroeste), en una redada que «se realizó sin orden judicial y sin brindar información a sus familiares», según las organizaciones.

También la del pastor evangélico Rudy Palacios, quien fue detenido junto a sus hermanas, dos cuñados y allegados, y trasladados a la prisión La Granja en la ciudad colonial de Granada, donde enfrentan acusaciones de “traición y conspiración” sin garantías judiciales.

Otra familia detenida es la Alonso Estrada, cuyo padre, Mauricio Alonso, de 64 años, murió tras pasar 38 días en condición de desaparición forzada hasta que su cuerpo fue entregado el 25 de agosto de 2025 a sus familiares. Su hijo, del mismo nombre, continúa desaparecido, según el informe.

«El régimen Ortega-Murillo convierte el encarcelamiento en un castigo colectivo», señalaron esas organizaciones, que advirtieron de que «muchas detenciones ni siquiera se denuncian públicamente, porque las familias temen represalias».

Esos organismos exigieron la liberación inmediata de todas las personas presas políticas, que suman al menos 73, y el fin de las desapariciones forzadas en Nicaragua.

Nicaragua atraviesa una crisis política y social desde abril de 2018, que se acentuó tras las controvertidas elecciones de noviembre de 2021, en las que Ortega, de 79 años y en el poder desde 2007, fue reelegido para un quinto mandato, el cuarto consecutivo. Esos comicios tuvieron lugar con sus principales contendientes en prisión, a los que luego expulsó del país y privó de su nacionalidad y de sus derechos políticos, tras acusarlos de «golpistas» y «traición a la patria».