Denuncias de corrupción y minería marcan el legado del ambientalista hondureño Juan López

La integrante de la parroquia San Isidro, del Comité de Bienes Comunes y Públicos de Tocoa y de la Comisión Nacional de Ecología Integral, Roxana Romero, habla durante una entrevista con EFE este 13 de septiembre de 2025, en Tegucigalpa (Honduras). EFE/Germán Reyes

Tegucigalpa, 14 sep (EFE).- El ambientalista hondureño Juan López, asesinado hace un año en Tocoa, Colón, en el Caribe de Honduras, denunciaba la corrupción, el narcotráfico y la minería extractiva en su comunidad, y su firmeza y convicciones lo convirtieron en símbolo de resistencia.

Hace un año, a pocas horas antes de que lo asesinaran, había dicho en un acto público: «Mi posición está definida, no al narcotráfico y corrupción en la Municipalidad, decir esto incomoda, pero si nosotros no lo decimos, lo dirán los postes del alumbrado público o las calles que no se pueden transitar».

«Y toda persona que reconozca tener honor, dignidad y civismo, estará conmigo», fueron de las últimas palabras que pronunció López.

Para Roxana Romero, miembro de la parroquia San Isidro, del Comité de Bienes Comunes y Públicos de Tocoa y de la Comisión Nacional de Ecología Integral, el ambientalista, con los escritos que dejó, «se está defendiendo solo».

En ese sentido, sobre el crimen contra López, Romero indicó a EFE en Tegucigalpa que ella cree que hay algo que «nos debe dar pistas para la investigación, las declaraciones que Juan hacía en cada uno de esos escritos».

«Tenía una vida muy sencilla con su esposa, sus dos hijas y siempre se le conoció también por su firmeza y claridad, su convicción, su moral era inquebrantable. No se medía para decir la verdad, para decir lo que estaba mal, según sus principios y su educación que recibió desde la iglesia, pero también se fue nutriendo con mucha formación leyendo muchos libros», subrayó.

Según Romero, López denunció la minería y la corrupción que se estaba generando en el gobierno municipal de Tocoa.

«Juan denunció a las transnacionales que venían a dañar nuestro país, los proyectos extractivos. Todas estas denuncias las hacía públicas, creo que el Ministerio Público (Fiscalía) tiene elementos no tan difíciles de investigación», dijo Romero.

También recordó que a López «lo criminalizaron (…) que él era coordinador de una organización criminal», lo que «fue desmentido y no pudieron probar nada de todo eso».

«Juan también platicaba mucho con su gente, con su pueblo, él decía ‘este es el camino que he decidido recorrer y no queda de otra que seguir luchando por la vida’, no tenemos otro camino», agregó Romero.

En su opinión, la violencia que impera desde hace varias décadas en Colón por problemas como la explotación minera, la muerte de campesinos por reclamar tierras y el narcotráfico, entre otros, se demuestra con el asesinato de Juan López.

«El abuso de poder no conoce límites»

La integrante de la parroquia San Isidro, del Comité de Bienes Comunes y Públicos de Tocoa y de la Comisión Nacional de Ecología Integral, Roxana Romero (d), habla durante una entrevista con EFE este 13 de septiembre de 2025, en Tegucigalpa (Honduras). EFE/Germán Reyes

En Colón, afirmó Romero, «no hay libertad de denunciar lo que no está bien, eso es lo que se percibe y dieron un mensaje: el que denuncia y el que hable, pues también será callado».

«Aquí está, este es un ejemplo que se va a seguir denunciando y no vamos a callar lo que Juan también denunciaba, la corrupción y que la minera ya de una vez suelte esa Montaña de Botaderos Carlos Escaleras, que ya tiene una historia de sangre bendita. Juan decía ‘sangre bendita es Valle del Aguán, regada con sangre de mártires, y quién soy yo para no dar también la sangre’.

Y aquí está, aquí estamos como pueblo haciendo memoria de su lucha digna», apostillo.

La muerte de Juan López ha salpicado a ejecutivos de la minera Pinares Ecotek, a la que se oponía el ambientalista, y al alcalde de Tocoa, Adán Funez, a quienes grupos ambientalistas y la Iglesia católica culpan del crimen. El alcalde lo ha negado.

Hoy, hace un año, Juan López también decía que «el abuso de poder no conoce límites» y preguntaba públicamente: «¿En el 203 aniversario de la tradicional independencia (de la Corona española) qué tenemos en el Municipio para celebrar? Tenemos que recoger contra la voluntad de los embustes, el ahínco de las comunidades que levantan la lucha por la justicia y no se dejan doblegar, aunque sean criminalizadas».

Germán Reyes