Granada, 28 may (EFE).- La Policía Nacional ha desalojado a primeras horas de esta mañana a la veintena de okupas que permanecían desde el pasado enero instalados en un céntrico edificio de Granada con la intención de convertirlo en un centro social.
Según han informado a EFE fuentes policiales, un amplio dispositivo policial se personó a primeras horas de esta mañana en el edificio, ubicado en la calle Azacayas, junto a la Gran Vía, con una orden judicial de desalojo, que se ha llevado a cabo de forma pacífica y sin incidentes.
A la llegada de los agentes, los okupas, 17 adultos y un menor, han ido abandonando el edificio con sus enseres personales.
El pasado 20 de enero ya hubo un intento de desalojarlos por parte de una empresa contratada por la familia propietaria del edificio, que no contaba con orden judicial para ello.
Los activistas recibieron entonces desde fuera el apoyo de numerosos simpatizantes, que permanecieron concentrados durante horas bajo la vigilancia de la Policía Nacional, lo que finalmente derivó en un altercado que se saldó con un detenido y dos o tres heridos leves debido al lanzamiento de objetos desde los balcones del edificio okupado.
Los okupas, cuya intención era convertir el edificio en un centro social, según manifestaron, se comprometieron entonces a abandonarlo en dos meses, cuando encontraran un nuevo local donde llevar a cabo su proyecto, si bien transcurrido ese plazo se negaron a hacerlo.
Finalmente, el desalojo ha sido llevado a cabo esta mañana por la Policía Nacional al contar con una orden judicial para ello.
El subdelegado del Gobierno en Granada, José Antonio Montilla, ha resaltado la ausencia de incidentes durante el operativo policial, en el que los okupas no han opuesto resistencia.
Los agentes contaban con la correspondiente orden judicial y no se ha practicado ninguna detención, ha precisado el subdelegado.
Tras el desalojo, los okupas se han concentrado sentados en las inmediaciones de la Gran Vía. El dispositivo de seguridad sigue abierto y los agentes continúan en la zona para evitar cualquier incidente, según Montilla, que informa de que todo se ha desarrollado «con cierta normalidad».
