Granada, 16 sep (EFE).- El trabajo de un equipo internacional centrado en una galaxia a 55 millones de años luz de la Tierra ha demostrado que el entorno de un agujero negro supermasivo es más inestable de lo que predecían los modelos teóricos ya que los patrones de luz cambian y hasta se invierten con los años.
Las nuevas imágenes obtenidas por el Telescopio del Horizonte de Sucesos (EHT, por sus siglas en inglés) del agujero negro supermasivo situado en el centro de la galaxia M87, conocido como M87×, han permitido demostrar que su entorno es mucho más dinámico de lo que se pensaba, con patrones de luz polarizada que cambian.
«Además del cambio de polarización totalmente inesperado a lo largo de los años, hay otros aspectos de los resultados que son igualmente desconcertantes», ha explicado el investigador del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) Jan Röder.
El IAA-CSIC forma parte del equipo científico del EHT, que también ha identificado las primeras evidencias de emisión asociada al chorro de materia expulsado por el agujero negro, en la región donde se conecta con el anillo de material que lo rodea.
Los resultados del trabajo, que publica Astronomy & Astrophysics, aportan información inédita sobre cómo se comportan la materia y la energía en los entornos extremos que rodean a los agujeros negros.
Este trabajo internacional se ha centrado en la galaxia M87, ubicada a unos 55 millones de años luz de la Tierra y que alberga un agujero negro supermasivo con más de seis mil millones de veces la masa del Sol.
Las imágenes tomadas por EHT en 2019 y su comparación con las de 2017, 2018 y 2021 han servido al equipo científico para conocer más sobre cómo evolucionan los campos magnéticos en las cercanías del agujero negro.
«Lo notable es que, mientras que el tamaño del anillo se ha mantenido constante a lo largo de los años, confirmando la sombra del agujero negro predicha por la teoría de Einstein, el patrón de polarización cambia significativamente», ha añadido el astrónomo del Center for Astrophysics de Harvard & Smithsonian, Paul Tiede, que colidera el estudio.
El estudio ha servido para comprobar que el entorno del agujero negro es dinámico y complejo, lo que lleva los modelos teóricos «al límite», según los investigadores, que han detallado que entre 2017 y 2021, el patrón de polarización de la luz cerca de agujero negro cambió de manera notable.
Así, en 2017 los campos magnéticos parecían girar en una dirección pero en 2018 se estabilizaron y, en 2021, incluso se invirtieron, girando en sentido contrario, cambios que no pueden responder a un solo factor.
Röder ha señalado además que el estudio ha planteado también nuevas dudas, como saber por qué el anillo estaba mucho más polarizado en 2017 que en los años posteriores.
Las energías de agujeros negros como el M87× juegan un papel fundamental en la evolución de las galaxias, ya que regulan la formación de estrellas y distribuyen energía a gran escala, y gracias a instrumentos como el EHT permiten conocer más sobre cómo se forman los elementos cósmicos. EFE
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