Desigualdad también en verano: los niños con bajos ingresos van a campamentos sin comedor

Un comedor escolar, en imagen de archivo. EFE/Ramón de la Rocha

Madrid, 3 jun (EFE).- La ONG de infancia y educación Educo ha denunciado este martes que durante el verano solo el 40 % de los niños y niñas que viven en hogares con un nivel socioeconómico bajo participa en campamentos, la mayoría de los cuales no ofrece servicio de alimentación, algo de lo que solo disfruta uno de cada cinco menores.

Esta situación es especialmente preocupante para los 900.000 alumnos y alumnas que perciben ayudas y becas para ir al comedor escolar durante el curso académico, las cuales no cubren todo el coste y desaparecen en junio al acabar las clases hasta la vuelta a las aulas, en septiembre, según alerta la ONG.

En este caso, solo el 36 % de los beneficiarios de la beca comedor va a campamentos o actividades de verano donde tienen este derecho garantizado. El 18 % restante va unas horas por la mañana sin comer y alrededor del 45 % no participan en ninguna, según la encuesta ‘El olvido vacacional de la infancia’, publicada hoy por Educo.

«La alimentación de la infancia más vulnerable, reciba o no ayudas para el comedor escolar, no está asegurada durante los casi tres meses de vacaciones estivales», subraya la directora general de la ONG, Pilar Orenes.

Según los datos de la encuesta, las causas por las que las familias no llevan a sus hijos e hijas a campamentos son diversas, pero la mayor barrera es la económica, razón que alegan el 35 % de los encuestados.

En el caso de las familias con un nivel económico alto, esta respuesta se dio en el 20 % de los casos, porcentaje que en los hogares de nivel medio asciende hasta el 38 %.

En los hogares más vulnerables los motivos económicos se alegaron en casi la mitad de los casos, el 45 %. El siguiente motivo esgrimido para no ir es que no hay oferta, con el 25 % de las respuestas de todas las familias.

«Es su derecho acceder a actividades de ocio en las que puedan quedarse a comer», defiende Orenes, quien, además de la importancia de la alimentación, evidencia que en las colonias, campamentos o similares los menores «disfrutan de las vacaciones mientras siguen aprendiendo a través del juego, del ocio, del deporte, y del contacto con amigos y amigas».

Según Orenes, en esos espacios «se les da oportunidades de diversión, aprendizaje y desarrollo integral», todo ello mientras están cuidados y acompañados de personas adultas.

«Sin eso, muchos se quedan solos y solas en casa, sin supervisión y a menudo enganchados a las pantallas, porque sus padres y madres trabajan y no tienen ni ayuda familiar ni dinero para pagar a alguien que les cuide», declara.

Para garantizar que todos los niños, niñas y adolescentes en riesgo de pobreza y exclusión tengan asegurada su alimentación durante todo el año, Educo propone, en primer lugar, que quienes reciben la beca comedor durante el curso tengan este apoyo en los meses estivales.

También instan a que estos menores tengan acceso gratuito a actividades de ocio y tiempo libre que incluyan una comida saludable al menos durante dos semanas del verano.

Otra de las desigualdades a las que se enfrentan estos niños y niñas durante el verano son los viajes vacacionales, los cuales son impracticables para el 38 % de las familias con ingresos bajos.

«Conocer otros lugares, salir de la ciudad o del pueblo, ir a la playa o la montaña, no son opciones para toda la infancia y, sin embargo, es básico para su bienestar, sea cual sea su condición social o económica», explica Orenes, quien lamenta que cuando estos niños y niñas vuelven al colegio en septiembre no pueden contar nada porque no han salido del barrio.

Eso, subraya, «les hace sentir mal y rebaja su autoestima, porque ven que sus compañeros y compañeras de curso han tenido unas vacaciones de verdad».

Desde Educo recuerdan que uno de cada tres menores de 18 años en España vive en riesgo de pobreza o exclusión social, una cifra que lleva estancada más de una década.

Asimismo, la organización remarca que en España más de 550.000 niños, niñas y adolescentes (el 6,9 %) no pueden comer carne, pollo, pescado o su equivalente en proteína vegetal cada dos días, como recoge la Encuesta de Condiciones de Vida del INE. Es los últimos 20 años, este número se ha multiplicado por cuatro.