Detectan que el aceite de acebuchina reduce el daño ocular por hipertensión

Imagen de archivo de un óptico realizando una revisión de la vista a un hombre. EFE/ Fernando Villar

Sevilla, 23 ago (EFE).- Un equipo de investigación de la Universidad de Sevilla y el Karolinska Institutet de Suecia ha descubierto que el aceite de acebuchina, fruto del olivo silvestre, protege la retina de los daños provocados por la hipertensión arterial.

Este hallazgo, derivado de estudios celulares y animales, revela los mecanismos moleculares en los que ejerce una acción antioxidante, antiinflamatoria y antifibrótica ya que reduce la formación de cicatrices, ha informado la Fundación Descubre en un comunicado.

Así, se abren nuevas vías terapéuticas para enfermedades oculares, como el glaucoma, la degeneración macular asociada a la edad o algunas retinopatías.

La acebuchina es el fruto del acebuche, una variedad silvestre del olivo que crece de forma natural en regiones mediterráneas.

Los expertos han confirmado que el aceite que produce ayuda a reducir el daño causado por la acumulación de sustancias dañinas, como los llamados radicales libres, mejora la circulación de la retina y disminuye la inflamación.

Además, evita la fibrosis, un proceso por el que se forman cicatrices internas que pueden afectar a la visión.

Estos beneficios se transmiten a través de vesículas extracelulares, unas pequeñas estructuras que son transportadas hasta el ojo.

“La acebuchina podría ser una forma natural y efectiva de cuidar la salud visual en personas con riesgo de enfermedades oculares por problemas de presión arterial”, ha indicado la investigadora de la Universidad de Sevilla Carmen M. Vázquez.

Los expertos concluyen que el uso terapéutico del aceite de acebuchina abre una vía muy precisa y segura para tratar directamente los órganos afectados, como es el caso de la retina en personas con enfermedades oculares.

En esta investigación, los investigadores combinaron experimentos ‘in vitro’ con cultivos celulares y estudios ‘in vivo’ usando animales para la obtención de las vesículas extracelulares.

Así, descubrieron que cuando los ratones consumían aceite de acebuchina, sus células producían vesículas que contenían sus compuestos beneficiosos.

Una vez extraídas del plasma sanguíneo, se aplicaron directamente a células de retina en las que se había reproducido la condición de hipertensión arterial.

Los estudios moleculares realizados confirmaron que las vesículas actuaban como elementos portadores de compuestos beneficiosos del aceite de acebuchina, de modo que, al descargar su contenido sobre el tejido enfermo, el daño se revertía.

Estos estudios se compararon con otros grupos de células que no recibieron estas vesículas o que recibieron otras de animales alimentados con distinto tipo de aceite, como un aceite de oliva virgen extra estándar.

Además, analizaron distintos indicadores relacionados con el daño oxidativo y su relación con el óxido nítrico, potente vasodilatador y elemento clave para el buen funcionamiento vascular y la salud celular.

Una vez verificado el efecto en cultivos de células de la retina, los investigadores plantean validar estos resultados en trabajos ‘in vivo’ mediante la inyección de estas vesículas en modelos animales que reproducen diversas patologías oftálmicas.

Además, pretenden profundizar en el estudio de los compuestos del aceite responsables del beneficio y explorar su uso directo como vehículo terapéutico.

“Estas vesículas podrían convertirse en una herramienta innovadora para transportar compuestos naturales a los tejidos dañados del ojo y abren la puerta para la combinación de la acebuchina con la tecnología farmacéutica en futuras aplicaciones clínicas”, ha concluido la investigadora.