Alida Juliani
San Sebastián (España), 26 sep (EFE).- El cineasta chileno Diego Céspedes ha presentado este viernes en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián ‘La misteriosa mirada del flamenco’, su ópera prima, con la que ya ha conquistado el reconocimiento internacional, una historia «dura, pero tierna», sobre la realidad de la comunidad queer en el Chile de los años 80.
El filme cerrará hoy la sección Horizontes Latinos del certamen, en la que compite con otras once producciones de Chile, Argentina, Brasil, México, Ecuador y Uruguay.
La cinta fue estrenada en Cannes, donde ganó la sección Un certain regard (Una cierta mirada), y ha sido seleccionada por la Academia de Cine de Chile para representar al país en las categorías de Mejor película internacional en los Óscar y Mejor película iberoamericana en los Premios Goya de 2026.
En ‘La misteriosa mirada del flamenco’ – coproducida junto a Francia, Alemania, España y Bélgica -, Céspedes, bucea en el Chile de los 80, y plantea, a través de la mirada de una niña, Lidia, (Tamara Cortés), la llegada y propagación del VIH en el país y las contradicciones de lo socialmente aceptado con la realidad.
La relación entre Lidia y Flamenco (Matías Catalán) atraviesa esta cinta con tintes de western, en la que el odio y la contradicción se mezclan con el amor y la ternura.
Un trabajo «honesto»
El éxito que hasta el momento ha tenido la película radica, según ha dicho Céspedes en una entrevista con EFE, en la «honestidad» de su trabajo, cuyo valor radica en hacerlo con el corazón, «y esta película tiene mucho corazón».
«Eso, creo, es lo que el público puede ver en los personajes que escribí y en las actrices del elenco, un grupo de rostros nuevos en Chile, todas con muchas ganas de entregarlo todo», señala.
Además, según Céspedes, la película llega en un momento donde justamente se está olvidando la humanidad, donde «parece que estamos retrocediendo en derechos humanos y valores. Por eso creo que su mensaje es muy importante».
«Creo que hay que posicionarse políticamente de forma clara», asegura el cineasta que considera que en el mundo de la Cultura todos deberían hacerlo, porque «los retrocesos están ocurriendo, especialmente en los países grandes. Se está comenzando por quitar derechos a las minorías, a las mujeres, y se está concentrando el poder en manos de unos pocos, esto ya ha pasado antes en la historia», asegura.
Por eso, argumenta Céspedes, hoy mas que nunca «hay que poner el pie sobre la mesa y decir: seguimos existiendo. Nuestras historias existen. Nuestros sentimientos existen. Nuestra violencia existe. Y todo eso es hermoso, luminoso, original. Las otras historias, las que se repiten, ya las vimos».
Una apuesta por actrices trans
La película ha sido importante también para las actrices que la protagonizaron, como Bruna Ramírez, que interpreta a Leona, a quien su personaje «removió heridas personales» y le obligó a revisar su historia como mujer trans.
«Fue duro, pero también importante. Sentí que estaba haciendo algo no solo para mí, sino para toda una comunidad que busca verse representada con dignidad».
Por su parte, Catalán se sintió orgulloso de que Céspedes apostara por actrices trans y no por rostros conocidos.
«Eligió mostrar a la comunidad como personas reales, con sentimientos, vínculos familiares, amor. No como estereotipos o cuerpos sin humanidad», señala y reconoce que el personaje de Flamenco ha sido uno de los «más complejos» que le ha tocado.
Desde el primer momento, ha explicado Catalán, Céspedes dijo que sería un desafío, «y acepté encantado»: Trabajamos mucho en su construcción: voz, cuerpo, gestos. Me preparé obsesivamente».
La película también refleja contradicciones sociales: «hombres que desean pero no aceptan, que aman pero agreden. Esto es muy real en el mundo trans. Muchas veces se nos ama en lo privado, pero se nos niega en lo público. Es una realidad violenta que vivimos a diario», concluye Ramírez.