Logroño, 23 sep (EFE).- El riojano Diego Urdiales y el aragonés Aarón Palacio han abierto la puerta grande de la plaza de La Ribera en la tercera de la Feria de San Mateo de Logroño, un mano a mano entre ambos por la baja a última hora de Roca Rey.
La clase de Urdiales, las ganas de Palacio y un gran corrida de Núñez del Cuvillo sirvieron para sellar una gran tarde en Logroño.
Urdiales abrió la puerta grande ya con el primero de la tarde, al que cortó dos orejas merecidas por una faena extraordinaria al natural. Salió al tercio ya toreando bien con el capote, a pesar de que el toro parecía entregarse lo justito.
Luego no consiguió acoplarse por el pitón derecho, cambió de mano y estuvo más sólido, con tres naturales de poder y mano baja, que remató con otra serie por la zurda con un larguísimo y lento natural jaleado por la plaza. Mató con una estocada fulminante que terminó por darle las dos orejas.
En su segundo se encontró con un toro fijo, noble y muy alto, al que recibió con un largo saludo por verónicas; luego empezó por bajo para someter a «Feriante» y lo consiguió, para luego tirar de oficio por los dos pitones, más por el izquierdo. Puso la rúbrica con naturales de uno en uno y terminó con una estocada contraria y un pinchazo, antes del descabello, lo que terminó de silenciar la faena.
El quinto, el último de su lote, un toro noble pero más flojo que sus hermanos, el riojano vio pronto que el toro protestaba. Le citó de largo y se lució, al entender bien el tiempo y la distancia que demandaba la faena.
Se centró en el pitón derecho, primero a pies juntos y luego abriendo el compás con lo que dejó pasajes muy puros de su estilo; por el izquierdo se le acabó el gas al toro y Urdiales sacó temple y suavidad, antes de volver al derecho. Mató con una estocada fulminante, con lo que esperaba dos orejas de nuevo, pero esta vez la presidencia fue más tacaña.
Segunda puerta grande

Aarón Palacio regresó a La Ribera -en su tercera corrida como matador y en las tres ha salido a hombros- después de triunfar hace dos días y empezó con un primer toro en el que no destacó con el capote y generó dudas en banderillas por ser algo tardo.
Luego se ayudó por bajo y llegó a los tendidos, pero a la faena le faltó ajuste y continuidad. Mató con una estocada caída, muy defectuosa y un pinchazo, con lo que acabó sin ningún entusiasmo en la grada.
En el siguiente, un toro noble y encastado, inició con un saludo variado en el capote, con largas cambiadas, faroles, verónicas y alguna chicuelina; en la muleta empezó con un pase cambiado por la espalda en los medios.
Juntó pases por el derecho en dos series a las que faltó unión, lo mismo que por el izquierdo; acertó eso sí, con los ayudados finales, lo que le ayudó a conectar con el público, más por la disposición del joven matador; mató con un pinchazo y una estocada tendida y se llevó una oreja.
En el sexto se encontró a un toro bravo e importante, con codicia y fijeza, que postuló a convertirse en el mejor de la feria.
El joven aragonés lo entendió y empezó rodilla en tierra con el capote, con largas cambiadas con las que se metió al público en el bolsillo; Palacio se fue otra vez de rodillas a los medios para iniciar faena por el derecho, con series de importancia y verdad.
Fueron momentos de emoción por la faena entre un toro bravo y un torero valiente, que cuajó pases por los dos pitones, especialmente por el derecho. Acabó de ganarse a la plaza con malonetinas muy ajustadas y un natural de cartel; además acertó con los aceros que que hizo que se pidieran las dos orejas de forma unánime.
FICHA DEL FESTEJO
Se lidiaron toros de Núñez del Cubillo, nobles en general- Destacó el sexto por bravo.
Diego Urdiales: dos orejas; silencio tras aviso; y oreja tras aviso
Aarón Palacio: silencio; oreja tras aviso; y dos orejas.
Tercera de la Feria de San Mateo, con tres cuartos de plaza.
