Redacción Ciencia, 13 ago (EFE).- A más transitable que sea la ciudad o el pueblo donde viva una persona, más tenderá a caminar. Así lo ha constatado el análisis de datos de una aplicación de salud para móviles usada por más de 5.000 personas en 1.609 ciudades de Estados Unidos.
Caminar mejora la salud: un estudio reveló en 2023 que solo 4.000 pasos diario disminuyen el riesgo de mortalidad por todas las causas, y que por cada 1.000 pasos adicionales, el riesgo es un 15 % menor. Pero, ¿influye el diseño de un municipio en que la gente camine más o menos?
La respuesta, de acuerdo con la investigación recogida este miércoles en la revista Nature, es que sí: cuanto más fácilmente transitable es el lugar donde vive una persona más se desplaza a pie en su vida cotidiana.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores han recurrido a la herramienta ‘Walk Score’, que determina en una escala del 1 al 100, como de “amable” para caminar es un municipio basándose en ciertos indicadores de sostenibilidad ambiental y social, como la cercanía de los servicios y actividades de la vida diaria.
Trabajando con un conjunto de datos anónimos de 2,1 millones de personas que utilizaron la aplicación de móvil ‘Argus’ para contar los pasos diarios entre 2013 y 2016, el equipo extrajo un subconjunto de datos de personas que se habían mudado y permanecido en una nueva ubicación durante al menos tres meses.
Los autores, de las universidades estadounidenses de Stanford y Washington, normalizaron los datos demográficos y los cambios estacionales, y filtraron días con menos de 500 pasos o más de 50.000, así como aquellos cercanos a las mudanzas.
Una vez ‘limpiadas’ esas variables, compararon los pasos diarios de 5.424 personas que se mudaron una o más veces entre 1.609 ciudades distintas de Estados Unidos (con diferentes con puntuaciones en ‘Walk Score’) en ese periodo de tiempo.
Andar no solo es cuestión de motivación
En todos los traslados, cuando las personas se movían entre ciudades igualmente transitables, sus pasos se mantenían prácticamente iguales. Sin embargo, cuando la puntuación de las ciudades en ‘Walk Score’ subía o bajaba más de 48 puntos, el promedio de pasos aumentaba o disminuía en una medida de unos 1.100 pasos al día.
Los resultados se mantuvieron en personas de diferentes edades, sexos e índices de masa corporal.
Los investigadores explican que hicieron un seguimiento específico, entre otros, a 178 personas que se mudaron a la ciudad de Nueva York (con una puntuación de 89 sobre 100 en ‘Walk Score’) desde diferentes ciudades con una puntuación media de un 48.
El promedio de pasos diarios de estas personas se incrementó en 1.400 al mudarse a Nueva York, pasando de 5.600 a 7.000. Por el contrario, el traslado de Nueva York a otras ciudades menos transitables mostraron lo contrario: las personas dieron una media de 1.400 pasos menos al día.
“El estudio demuestra que la cantidad de pasos que damos al día no solo es una cuestión de motivación, hay muchos más factores que influyen. El hecho de que el entorno esté diseñado para que las personas puedan ir caminando a los sitios donde desarrollan su vida es determinante”, señala uno de los autores, Tim Althoff, investigador de la Universidad de Washington, en un comunicado.
Los investigadores subrayan que estos resultados pueden servir de guía a las ciudades para desarrollar políticas de diseño urbano que sirvan para mejorar la salud de la población.