Dinamarca se disculpa por espirales implantadas a mujeres groenlandesas durante décadas

Imagen de archivo de la primera ministra danesa, Mette Frederiksen. EFE/EPA/GUILLAUME HORCAJUELO

Copenhague, 27 ago (EFE).- El Gobierno danés ofreció este martes por primera vez una disculpa oficial a las miles de mujeres groenlandesas a las que se le implantaron espirales anticonceptivas, en muchos casos sin autorización, durante décadas.

Se trata de uno de los temas más polémicos en la relación entre Dinamarca y Groenlandia, territorio autónomo que forma parte del Reino danés y objeto de interés en los últimos meses de Estados Unidos, cuyo presidente, Donald Trump, quiere «hacerse» con él por motivos de seguridad nacional.

«Reconocemos que este caso ha sido origen de ira y pena para muchos groenlandeses y muchas familias en Groenlandia. Y naturalmente ha tenido importancia para la forma de percibir a Dinamarca y la Mancomunidad del Reino (que incluye también a las Islas Feroe)», dijo en un comunicado la primera ministra danesa, Mette Frederiksen.

Frederiksen condenó el «abuso» cometido por las autoridades sanitarias danesas y habló de la importancia de que Dinamarca asuma su «responsabilidad» y aprenda de lo ocurrido.

«Perdón a las chicas y mujeres que han sido objeto de discriminación sistemática por ser groenlandesas, por haber sufrido daños físicos y psíquicos, por haberles fallado», señaló Frederiksen, quien extendió las disculpas a otros «capítulos oscuros» del trato proporcionado a los groenlandeses.

La televisión pública danesa DR reveló hace unos años que a al menos unas 4.500 mujeres y adolescentes (las más jóvenes de 12 años) se les implantaron espirales, en varios casos sin consentimiento y con daños físicos y psicológicos posteriores, desde la década de 1960 hasta 1991, cuando Groenlandia asumió las competencias en sanidad.

La iniciativa obedeció a una campaña estatal de planificación familiar de un territorio que en 1953 había abandonado su estatus de colonia para convertirse en una provincia danesa más y estaba inmerso en un plan de modernización.

Sus defensores aseguran que la campaña obedeció a una planificación familiar estudiada (la isla tenía entonces una de las tasas de natalidad más altas del mundo) y para reducir los abortos no deseados entre las jóvenes, y destacan también que las autoridades groenlandesas no se opusieron.

El caso está siendo investigado por una comisión conjunta, que se espera anuncie sus conclusiones el próximo mes, y es objeto de una demanda colectiva de 143 mujeres groenlandesas contra el Estado danés por violar sus derechos humanos, en la que piden una indemnización de 43 millones de coronas (5,8 millones de euros).

El Gobierno groenlandés también ha abierto otra pesquisa paralela sobre el mantenimiento de la práctica desde 1992 a la actualidad y ha apartado ya 4,5 millones de coronas (unos 600.000 euros) para el pago de posibles indemnizaciones.

«Quiero disculparme, en nombre del Gobierno groenlandés, por el daño y abuso que pueden haber sufrido varias mujeres después de que asumiéramos las competencias en sanidad», dijo en el mismo comunicado el presidente autonómico, Jens-Frederik Nielsen.

Su predecesor en el cargo, Múte B. Egede, había calificado el año pasado el caso de «genocidio».

Ambos gobiernos anunciaron que habrá un acto oficial conjunto de disculpas cuando el informe sea presentado.