Cerredo (Asturias), 31 mar (EFE).- Decenas de familiares y vecinos de los cinco fallecidos en una explosión en el interior de una mina de Cerredo, en el concejo asturiano de Degaña, han protagonizado este lunes escenas de dolor, rabia e indignación a las puertas de la explotación, situada a pocos kilómetros del vecino municipio leonés de Villablino, donde residían cuatro de las víctimas.
El accidente, que además de los fallecidos ha causado cuatro heridos, tres de ellos de la comarca leonesa de Laciana y otro de Degaña, ha tenido lugar sobre las 8:45 horas, cuando los operarios estaban realizando trabajos con un permiso de explotación relacionado con un posible uso de mineral para la fabricación de grafito.
Hasta el lugar del accidente se han desplazado decenas de vecinos y familiares de las víctimas, alertados por las primeras informaciones publicadas en los medios de comunicación.De hecho, muchos de ellos se han quejado de la falta de información por parte de la empresa y de que han tenido que enterarse de los sucedido a través de la prensa.Algunos de los congregados en las inmediaciones de la mina han necesitado apoyo del personal de Cruz Roja y de los servicios de emergencias según se iba confirmando la muerte de varios de los trabajadores que se encontraban en la mina.El balance definitivo ha sido el de cinco fallecidos y cuatro heridos, mientras que otros dos trabajadores han resultado ilesos.Cuatro fallecidos residían en Orallo, Villaseca de Laciana, Caboalles, Sosas de Laciana, todas localidades de Villablino, mientras que el quinto era de Torre del Bierzo.A la entrada de la galería, donde se han situado los bomberos y los servicios de emergencia que han acudido a socorrer a los heridos, se encontraban unas cincuenta personas entre vecinos, conocidos y familiares, que han protagonizado escenas dramáticas al conocer el resultado de la explosión.”Esto son zonas de una cultura minera muy grande y esto afecta a todo el mundo, ya que todos han tenido un padre, un hermano o un abuelo que trabajó en la mina”, explicaba José María Pérez, un joven trabajador de la mina de Tormaleo, en Ibias, que trabajó con dos de los fallecidos y que ha calificado el accidente como “devastador”.”Es algo muy duro, es un accidente que afecta bastante porque son vecinos y compañeros”, ha lamentado Pérez, quien ha expresado sus deseos de que se esclarezca cuanto antes las causas del accidente.Las primeras autoridades en llegar al lugar han sido la delegada del Gobierno en Asturias, Adriana Lastra, y el alcalde de Degaña, Óscar Áncares, que ha afirmado que el accidente ha sido “un golpe muy fuerte” que ha “convulsionado a todos” y que la situación es “desoladora” por la pérdida de los mineros.Otro de los asistentes, José Antonio Álvarez, extrabajador de la mina y exconcejal de Degaña, ha lamentado la falta de seguridad existente en minas como la de Cerredo, y ha criticado que se vuelvan a abrir, sin las medidas de seguridad oportunas, unas minas para extraer las “migajas” que quedaron tras años de explotación.La principal hipótesis que baraja tanto la Brigada de Salvamento Minero como la Policía Judicial es que el siniestro se produjo a causa de la presencia de una bolsa de grisú, gas presente en las minas de hulla que al contacto con el aire provoca fuertes explosiones.