Edgar Sapiña Manchado
Nimes (Francia), 7 oct (EFE).- Dominique Pelicot, condenado a 20 años de prisión por drogar para violar a su entonces mujer y ofrecerla a decenas de hombres, aseguró que todos los violadores conocían el plan antes de cometer el delito.
«Todos lo sabían y venían con la misma intención», aseguró este martes en su declaración como testimonio en el juicio en apelación que tiene lugar hasta el jueves en Nimes, al sur de Francia, donde se juzga sólo a uno de los 51 condenados por agresión sexual y violación a Gisèle Pelicot.
Es Husamettin D., de 44 años, el único que se acogió a su derecho a recurrir la primera sentencia, por la que fue condenado a nueve años de prisión. Ahora se enfrenta a la pena máxima en Francia por estos delitos, que es de 20 años de cárcel.
«Era perfectamente conocedor desde el principio», insistió Dominique Pelicot, de 72 años y que declaró sentado por razones de salud.
Los hechos que se juzgan se remontan a la noche del 28 al 29 de junio de 2019. El acusado llegó alrededor de la medianoche y estuvo dos horas en el hogar de la entonces pareja, situado en un pequeño pueblo de 6.000 habitantes llamado Mazan, según la versión de Dominique Pelicot.
Antes de que llegara Husamettin D., el cerebro del plan drogó con grandes cantidades de ansiolíticos a la víctima. Una práctica que duró de 2011 a 2020, hasta que la policía lo detuvo.
Al llegar, Husamettin D. se desvistió fuera del dormitorio, se lavó las manos y siguió los requisitos previos a la violación que le había indicado el marido.
Vídeos y fotos, la prueba clave

También sabía que iba a ser grabado y fotografiado, como siempre hacía Dominique Pelicot. Esas fueron las pruebas clave que pudieron probar la culpabilidad en primera instancia de todos los hombres que fueron identificados por la policía.
Dominique Pelicot, que ya cumple la máxima condena por ser el cerebro del plan, aseguró ante el tribunal que Husamettin D. se sentía reconfortado con el hecho de que la víctima estuviera inconsciente y no tuviera capacidad de reacción.
Ante preguntas de los abogados del acusado, Sylvie Menvielle y Jean-Marc Darrigade, Dominique Pelicot se mostró evasivo y no quiso responder a buena parte de las cuestiones, alegando que no concernían a hechos relacionados con este segundo juicio.
Mientras, la defensa de Husamettin D. trató de inculpar toda la responsabilidad de los hechos a Dominique Pelicot, asegurando que su cliente no pudo escapar de la situación, coaccionado por el exmarido.
«No es ninguna sorpresa (que el acusado niegue la violación)», dijo a la prensa la abogada de Dominique Pelicot, Béatrice Zavarro.
«Hay 51 condenados, 17 recurren, 16 se retiran finalmente y solo uno la mantiene. Creo que las cifras hablan por sí solas», dijo, para señalar la responsabilidad de Husamettin D., que se arriesga a una pena mayor que la que recibió en primera instancia.
Dominique Pelicot terminó su declaración dirigiéndose a su familia. «Quiero volver a pedir perdón por todo lo que he hecho», dijo, mirando a su exmujer y su hijo Florian, en el lado opuesto de la sala.
«Uno de los casos más graves»
Antes de la declaración de Pelicot, hablaron varios expertos relataron el transcurso de los hechos, desde la propia investigación del caso hasta el análisis médico del cuerpo de la víctima.
«Es uno de los casos más graves que he tenido que investigar», aseguró Bosse Platière, director de la policía judicial de Aviñón, el encargado de liderar la investigación del caso Pelicot.
A pesar de que el acusado sigue negando los delitos de los que se le acusan, Platière fue tajante: «Los vídeos son claros, en ningún momento puede haber dudas que había un problema de inconsciencia total de la víctima, ella está como muerta, está inerte».
«Todo el mundo que vea los vídeos lo entiende desde el primer momento», añadió. De hecho, otros expertos que vieron los vídeos aseguraron que para violar a la víctima tenían que sujetarle la cabeza, porque los músculos de su cuello no reaccionaban.
Sobre el estado de salud de la víctima habló Anne Martinat Sainte-Beuve, experta ginecológica, quien aseguró que durante años vivió con unos síntomas que le hacían pensar que podría estar sufriendo problemas graves, como el cáncer, pero nunca pudo determinar que lo que estaba ocurriendo es que sufría sumisión química.
«No podía pensar lo impensable», relató ante el tribunal Sainte-Beuve.