Drones, bombas en aviones o ciberataques, nuevos retos de la Seguridad Aeroespacial

Imagen de archivo de un dron. EFE/ Ana Escobar

Madrid, 5 ago (EFE).- Los ataques con drones o la guerra híbrida mediante la introducción de artefactos explosivos en aviones comerciales y el ciberterrorismo son algunas de las amenazas que ha contemplado el Ministerio de Defensa para elaborar su nuevo plan de Estrategia de Seguridad Aeroespacial.

Dicho plan, publicado este martes en el BOE y que sustituye al aprobado en 2019, considera imperativo mejorar las capacidades de seguridad aérea y espacial en un «contexto global de amenazas en constante evolución».

En el caso de los drones, Defensa constata que se ha producido un crecimiento exponencial de su empleo en operaciones militares y terroristas, como ha quedado patente en los conflictos armados en Ucrania, Gaza y Oriente Próximo.

A lo que se añaden los incidentes sufridos en aeropuertos con el vuelo de drones, con el consiguiente peligro de interferencias con los sistemas de navegación o incluso con los propios aviones, lo que ha obligado en ocasiones, al desvío del tráfico aéreo por motivos de seguridad.

«Hasta la fecha, los drones utilizados por terroristas mayoritariamente tienen presencia en escenarios de conflicto, si bien su uso en territorio occidental se considera únicamente cuestión de tiempo», advierte el Ministerio.

A este respecto recuerda que el Libro Blanco sobre la Defensa Europea identifica como áreas de capacidades prioritarias los sistemas de drones y contra drones, y la defensa aérea y antimisil.

Por ello una de las estrategias que recoge este plan es potenciar el desarrollo de tecnologías contra drones, tanto en sistemas de vigilancia y control del espacio aéreo en todos los niveles de vuelo y velocidades.

El uso de artefactos explosivos e incendiarios en carga aérea es también «un nuevo patrón en las estrategias híbridas desarrolladas por actores hostiles y suponen un riesgo creciente en la seguridad aeroespacial», indica el documento.

Desde el pasado año, y con motivo del apoyo de diferentes países, entre ellos España, a Ucrania, «ha aumentado significativamente el uso de artefactos explosivos e incendiarios ocultos en paquetería que posteriormente se transporta por vía aérea», asegura.

De los casos detectados en la Unión Europea, se ha podido determinar que estos envíos contenían materiales inflamables y artefactos incendiarios que se detonaron justo antes de ser cargados en las aeronaves.

Por ello destaca que el potencial riesgo «es muy elevado» porque si dichas sustancias se detonasen en el interior de un avión podría provocar «un accidente aéreo de graves consecuencias».

Otras de las posibles amenazas a las distintas infraestructuras del entorno aeroportuario son los ataques cibernéticos.

Hasta ahora -indica el texto- han sido relativamente pocos los ataques dirigidos directamente a la aviación civil, pero en los últimos años, los terroristas han mostrado un mayor interés en los ciberataques.

Si bien por el momento no se han hallado ejemplos de ciberamenazas terroristas específicas contra aeronaves, aeropuertos o bases aéreas, como tampoco informaciones de que los grupos terroristas tengan intención de perpetrarlas, «no puede descartarse esta posibilidad en el futuro», apunta Defensa.

Las prioridades del Sistema de Seguridad Nacional están dirigidas por tanto a la elaboración del Catálogo de recursos para la Seguridad Nacional, de Planes de preparación y disposición de recursos y la implementación de un Sistema de Alerta Temprana basado en indicadores y alertas.

La amenaza para la seguridad de la basura espacial

En el ámbito del espacio, preocupa el incremento de objetos que orbitan o que transitan de los regímenes orbitales hacia el espacio aéreo controlado, lo que implica un aumento en el número de coordinaciones necesarias para mitigar el riesgo de colisión, así como en el número de maniobras necesarias para evitar el impacto.

La contaminación del Espacio con la llamada basura espacial y «la masificación de activos espaciales en las órbitas más provechosas suponen una amenaza para el libre y seguro acceso al Espacio por parte de todos».

De ahí, «la urgencia de establecer un marco normativo nacional que regule las actividades espaciales, garantice la seguridad jurídica necesaria y alinee el uso del espacio con las prioridades nacionales, al tiempo que facilite el desarrollo legislativo en el ámbito internacional».

La futura Ley de Actividades Espaciales española, en proceso de elaboración, impulsará, entre otros, los requisitos y actividades de seguridad necesarios para regular la actividad espacial, anuncia el plan.

En el momento actual de crecientes amenazas, de diversa naturaleza, simplificando en los tres ejes principales de la amenaza (físico, electromagnético y cibernético), se hace necesario conseguir la mayor anticipación posible, en el desarrollo de nuevas tecnologías aplicadas a las capacidades espaciales.

Desarrollar las capacidades de los dominios aéreos y espacial para la predicción y respuesta a situaciones de crisis provocadas por desastres naturales, utilizando la inteligencia artificial (IA), es otra de las propuestas.