Drones y trincheras subterráneas: la batalla de la infantería ucraniana por sobrevivir

Foto archivo. Mientras se intensifica la carrera tecnológica entre Ucrania y Rusia, unos ingenieros en Járkov trabajan a contrarreloj para refinar el diseño y acelerar la producción de drones kamikaze de fibra óptica, un tipo relativamente nuevo de vehículos aéreos no tripulados que recientemente ha favorecido a Rusia en el campo de batalla. EFE/ Rostyslav Averchuk

Leópolis (Ucrania), 25 ago (EFE).- Un frente casi inmóvil oculta la profunda transformación del campo de batalla en Ucrania, donde la infantería defensora pasa semanas y meses en posiciones subterráneas bajo una lluvia de ataques de artillería y drones, las fuerzas invasoras renuncian a los tanques para atacar a pie y los aparatos no tripulados se vuelven cada vez más cruciales, también para la logística.

«Si quieres sobrevivir, tienes que cavar. Cuanto más profundo caves, más posibilidades tendrás», dijo a EFE Anatoli Repsh, un sargento jefe de batallón de 44 años.

Éste es el consejo que da Repsh a los recién llegados a su unidad, que en estos momentos está combatiendo cerca de la ciudad de Kúpiansk, en la región nororiental de Járkov.

«No importan sus habilidades o la preparación, sólo el suelo les puede proteger de los drones, la artillería y las bombas rusas en la primera línea del frente. Ni los troncos apilados en varias capas pueden resistir semejante impacto», explicó Repsh, que hace poco soportó 52 días atrapado en una misma posición bajo ataques incesantes.

Admitió que quedarse enterrado en vida tras un impacto es el mayor miedo de los soldados, ya que, si esto ocurre, no habrá nadie que les ayude.

En vez de una línea continua de trincheras, las defensas están formadas por múltiples posiciones, guarnecidas con varios soldados y separadas las unas de las otras por varios cientos de metros.

«El frente se forma donde hay algo que ofrezca algún tipo de cobertura. Una línea de árboles, unos edificios abandonados, son los que dictan dónde surgen las posiciones», explicó Repsh, que en la vida civil trabajaba en la construcción, antes de alistarse como voluntario tras el inicio de la invasión rusa.

Un frente fluido

Los drones ucranianos, operados por soldados en posiciones situadas más hacia la retaguardia, desempeñan un papel clave a la hora de repeler los ataques enemigos, por lo que los intercambios de fuego directos son cada vez más raros. Pero la infantería aún tiene que estar allí, para controlar físicamente el terreno.

Ya que los drones han vuelto impracticable el uso de tanques, los rusos avanzan en pequeños grupos de infantería, cubiertos de ponchos especiales que les ocultan de los drones kamikaze, intentando encontrar huecos en las defensas.

La mayoría de enemigos -a los que Repsh compara con hormigas debido a su actividad constante y su disposición «a morir sin un motivo claro»- son eliminados antes de alcanzar las posiciones ucranianas. Sin embargo, algunos consiguen atravesar las defensas sin ser vistos y establecer sus propias posiciones bajo tierra, a escasos cientos de metros de distancia.

Por esta razón, la línea de contacto entre los dos ejércitos es cada vez más fluida.

En algunas zonas, como en el frente de Pokrovsk en la región de Donetsk, Rusia aprovecha su superioridad numérica y la confusión para ir avanzando gradualmente, mientras que en otras, como aquella en la que lucha la unidad de Repsh, no ha habido apenas cambios en muchos meses.

Drones al rescate

La elevada concentración de drones vuelve casi imposible la rotación de los soldados, la evacuación de los heridos y el abastecimiento con suministros, ya que los vehículos que intentan llegar a estas posiciones suelen ser atacados.

En ocasiones, desplazarse a pie es más seguro, al ser más fácil ocultarse de los drones, pero esto limita la cantidad de munición que se puede transportar y comporta un alto riesgo de perder miembros, debido a las múltiples minas esparcidas desde el aire por el enemigo.

En escenarios de este tipo, los drones, tanto aéreos como terrestres, desempeñan un papel todavía más crucial.

En los 52 días que Repsh pasó en la primera línea del frente, sus hombres solo recibían agua, alimentos y munición a través de drones aéreos. A veces, los aparatos no tripulados eran interceptados por el enemigo y las raciones de los soldados se resentían.

Los drones también son empleados para suministrar medicamentos vitales, como antibióticos, a soldados heridos que deben esperar semanas o meses en sus posiciones esperando a ser evacuados.

El ejército cada vez utiliza más drones terrestres, capaces de transportar un peso sustancial, en especial para realizar evacuaciones, pero su uso está lejos todavía de ser masivo.

En circunstancias así de extremas, la supervivencia a menudo tiene prioridad sobre el cumplimiento de órdenes, admitió Repsh. Sin embargo, pese a la escasez de efectivos de infantería y la constante presión, las defensas ucranianas resisten.

«Seguimos desgastando a los soldados y a los recursos rusos y esperamos que llegue un punto en el que se den cuenta de que no tiene sentido continuar», dijo a EFE Repsh, que combate con la motivación de proteger a su hogar y su familia en Ucrania occidental.

Rostyslav Averchuk