Redacción deportes, 11 jul (EFE).- El sueco Armand Duplantis deberá esperar a una nueva ocasión para tratar de lograr su decimotercer récord del mundo de pértiga, tras fallar este viernes en Mónaco, décima parada de la Liga de Diamante, en sus tres intentos sobre 6,29 metros.
Tres saltos en los que el escandinavo, vigente campeón olímpico y mundial, nunca dio la impresión de poder superar el listón, por lo que Duplantis tuvo que conformarse con el récord de la reunión, tras imponerse con una altura de 6,05 metros.
Una altura a la que Armand Duplantis llegó sin falló alguno tras saltar a la primera tanto los 5,62 como los 5,92 metros, así como los 6,05, un registro inalcanzable para el resto de sus rivales.
Antecedentes que hacían pensar que Armand Duplantis podía superar en el mítico estadio Luis II mejorar el récord del mundo que él mismo estableció el pasado 15 de junio en Estocolmo con un salto de 6,28 metros.
Pero el sueco, de 25 años, no pudo superar el listón en sus tres tentativas sobre 6,29 por lo que el récord tendrá que esperar.
Femke Bol firma la mejor marca mundial del año

Con objetivos más modestos afrontó la cita la neerlandesa Femke Bol, bronce en los pasados Juegos Olímpicos de París, que se convirtió en la primera mujer en bajar esta temporada de los 52 segundos en los 400 vallas, tras imponerse con un tiempo de 51.95 segundos.
Crono que permitió a Bol, bronce en los Juegos Olímpicos de París, rebajar en 12 centésimas la hasta ahora mejor marca mundial del año, los 52.07 que firmó el pasado 3 mayo en Miami la estadounidense Sydney McLaughlin-Levrone.
Un anticipo del duelo que la neerlandesa y la norteamericana, vigente campeona olímpica y plusmarquista mundial, mantendrán el próximo mes de septiembre en los Mundiales que se disputarán en Tokio.
Wanyonyi sigue intratable en los 800

Una cita en la que partirá como el gran favorito al oro el joven keniano Emmanuel Wanyonyi, de tan sólo 20 años, que se impuso en una final de los 800 metros, que se perfilaba como la gran prueba de la reunión monegasca.
La presencia de los ocho finalistas en los pasados Juegos Olímpicos de París auguraba una gran marca, quizá ¿por qué no?, el legendario récord del mundo de keniano David Rudisha, como dejó entrever el francés Gabriel Tual en la prueba.
Pero ni el fortísimo ritmo que impuso la liebre, el polaco Patryk Sieradzki, sirvió para acercarse a los 1:40.91 minutos que Rudisha firmó en los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
El impulso del polaco sí sirvió, por contra, para que Emmanuel Wanyonyi, el vigente campeón olímpico, rebajase no sólo ya el mejor registro mundial del año que él mismo ya poseía con un crono de 1:41.95 minutos, sino para firmar la quinta mejor marca de todos los tiempos, tras imponerse con un tiempo de 1:41.44.
Medio segundo menos que el estadounidense Josh Hoey, segundo con un crono de 1:42.01 minutos, mientras que la tercera plaza fue para el argelino Djamel Sedjati, bronce en los Juegos de París, con un registro de 1:42.20 minutos.
Lyles se toma la revancha y Alfred no falla
Por su parte, el estadounidense Noah Lyles se tomó la revancha de la final olímpica en la que sólo pudo ser tercero, tras imponerse en la final de los 200 metros con una marca de 19.88 segundos.
Un tiempo que si bien no sirvió al norteamericano, vigente campeón olímpico de los 100 metros, para situarse al frente de la clasificación mundial del año, si bastó a Lyles para derrotar al botsuano Letsile Tebogo, el campeón en los Juegos de París.
Poco importó que fuera el primer 200 de la temporada ya que Noah Lyles no tardó en acaparar todos los focos tanto dentro como fuera de la pista, donde el norteamericano se impuso por 9 centésimas a Tebogo, que se vio relegado a la segunda plaza con una marca de 19.97 segundos.
Tampoco decepcionó la santalucense Julien Alfred, oro en los 100 y plata en los 200 metros en los Juegos de París, que se impuso con un crono de 10.79 segundos en una final del hectómetro en la que la caribeña se vio perjudicada por el viento adverso.