Castellón, 31 may (EFE).- Música, debates, arte, gastronomía internacional y una amplia agenda extramusical constituyen los pilares del festival reggae Rototom Sunsplash que un verano más transforma el municipio mediterráneo de Benicàssim (Castellón) en una experiencia cultural y social que lo convierte en un evento único y comprometido, enraizado en la ecología y la multiculturalidad.
El encuentro internacional en torno al reggae y la cultura jamaicana más grande de Europa -más de 220.000 personas de 80 países el pasado año- celebrará en España su trigésima edición del 16 al 23 de agosto con el lema ‘Celebrating Life’ (celebrando la vida), que guía estas tres décadas de trayectoria de la cita para, precisamente, “celebrar la diversidad y sumergirse en esta atmósfera única que hace posible cada verano Rototom Sunsplash”, explica su director, Filippo Giunta.
Su agenda extramusical gana reconocimiento cada año y se proyecta en áreas temáticas dentro del mismo recinto que incluye acciones para todo tipo de edades, desde talleres y debates sobre ciencia a sesiones de baile afromoderno, agricultura ecológica o yoga.
Así se argumenta el atractivo de la cita para familias, personas mayores, activistas, artistas y jóvenes que buscan algo más que sólo conciertos. Todas se dan cita en esta ciudad temporal en la que bulle vida durante ocho intensas jornadas, de día y de noche.
“Hay un sentido de identidad, de pertenencia, que se mantiene y refuerza con el paso de los años; el público se identifica con la filosofía que promueve el festival: el compromiso con los derechos humanos y la sostenibilidad que abordamos en los espacios de diálogo y que plasma el modelo de gestión de la cita, ligada al territorio; los valores de respeto y paz y la diversidad que se respira en cuanto uno accede al recinto; y el perfil abierto, inclusivo y familiar que hemos construido entre todos y todas durante todos estos años”, añade.
¿Qué forja esta seña identitaria? ¿Qué hace que Rototom Sunsplash una, año tras año, a público de todo el mundo, de culturas diversas y de todas las edades? “Es una suma de factores culturales, musicales, sociales y logísticos la que convierte al festival en una experiencia cultural y social única. Y global”, indican desde la organización.
200 conciertos en 7 escenarios, también en la playa
Rototom es una experiencia tan global como el mismo lenguaje universal del reggae, la música que le da pulso, pero que se ramifica hacia esa diversidad de sonidos que emergen de él.
Los siete escenarios de Rototom también proyectan dancehall, hip-hop, dub, ska, jungle, raggatek, afrobeats, amapiano, cumbia, rumba, tropical sounds y hasta reggae-metal. Así lo plasma un cartel que cuenta con exponentes del dancehall como Shaggy o Spice; con Burning Spear, uno de los máximos exponentes mundiales del reggae más místico, o Tiken Jah Fakoly, una de las voces africanas más influyentes, reivindicativas y virales; y con Koffee representando al reggae más contemporáneo.
Los guiños escénicos a Bob Marley y a los 80 años que la leyenda del reggae cumpliría este 2025 se plasmarán en la presencia de sus hijos, Julian Marley y Ky-Mani Marley; de The Wailers, la banda de Marley; y de Marcia Griffiths, pieza clave de las I Threes, que acompañó a los coros a Bob Marley & The Wailers.
La música se proyecta también en la vecina playa castellonense del Gurugú, con sesiones diarias a orillas del Mediterráneo en el marco de su escenario SunBeach.
Entorno mediterráneo para 8 días de festival
Tras la propuesta artística con más de 200 conciertos en cartel para esta edición redonda, “hay muchos más reclamos y motivos por los que el público de todo el mundo y de cualquier edad, se une a estos ocho días de experiencia”, señalan desde la organización.
La cercanía al mar y el clima mediterráneo de Benicàssim, sede del Rototom Sunsplash, unido a la extensión del festival, que con sus ocho jornadas se convierte en el de mayor duración del mundo en su género, lo consolidan como destino vacacional.
“Nos visitan apasionados del reggae, pero también personas interesadas en un turismo cultural alternativo, viajeros de todos los rincones del planeta que buscan enriquecer su abanico de experiencias, y muchas, muchas, familias con hijos pequeños, y también adolescentes, que quieren unas vacaciones diferentes”, añaden desde la organización.
La oferta de alojamiento en la acampada anexa al festival -con casi 200.000 m2 y capacidad para 9.000 personas- es otro reclamo para el público
