Ciudad de Panamá, 21 may (EFE).- La actualización de las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por su siglas en inglés) de cara a la COP30 de Brasil, constituye una oportunidad para que los Gobiernos incluyan planes para la conservación de los ecosistemas de carbono azul y sus mecanismos de financiamiento, según destacaron expertos y funcionarios reunidos esta semana en Panamá.
Los ecosistemas de carbono azul, como son los humedales, pastos marinos y manglares, están entre las herramientas climáticas naturales más poderosas del planeta, pues almacenan grandes cantidades de carbono, protegen las costas y sustentan medios de vida a través de la pesca y el turismo.
Pero siguen “estando gravemente desfinanciados y en riesgo”, como alerta en declaraciones a EFE Anelise Zimmer, oficial para la Promoción de la Conservación de Humedales Costeros de The Pew Charitable Trusts.
Es en este contexto que países como Costa Rica trabajan para insertar los temas de humedales y carbono azul en la actualización de las NDC, incluido el “elemento clave de identificar mecanismos de financiación, lo que no es nada fácil”, explica por su lado a EFE Rotney Piedra, coordinador del Programa Nacional de Humedales del Ministerio de Ambiente y Energía de Costa Rica.
Zimmer y Piedra, junto a otros funcionarios y expertos, participaron en un taller sobre mejores prácticas para humedales costeros, celebrado en la Ciudad de Panamá como preámbulo de la Semana del Clima, que se desarrolla en la capital panameña hasta el próximo viernes.
En el taller, Pew presentó el llamado Suplemento de Financiamiento para los Ecosistemas de Carbono Azul, una guía diseñada para ayudar a los países a integrar estos ecosistemas en sus NDC y estrategias de financiamiento climático.
En ese sentido, el director global de la Alianza NDC, Pablo Vieira, comenta que “la conservación, la restauración y la gestión sostenible de los ecosistemas de carbono azul ofrecen una vía vital para que los países fortalezcan el bienestar de sus comunidades y creen nuevas oportunidades económicas, a la vez que alcanzan sus objetivos climáticos”.
“Ante el creciente reconocimiento del carbono azul en la mitigación y adaptación climática, la inversión debe mantenerse al ritmo. Integrar el carbono azul en las políticas climáticas nacionales, las estrategias de desarrollo y la planificación financiera es esencial para que este reconocimiento se traduzca en un impacto duradero sobre el terreno”, agrega.
La experiencia de Costa Rica

Piedra asegura que Costa Rica tiene años desarrollando acciones “para cumplir con sus compromisos en el marco de las NDC”, a la par de que trabaja para “ir abordando la nueva ambición para los próximos años”, incluido el tema de la financiación tanto pública como privada.
Esta experiencia les ha llevado a identificar pasos a seguir en este camino de actualización; entre ellos “empezar a identificar cuáles son los ecosistemas de humedales en el país, qué servicios ecosistémicos brindan, valorizar esos servicios y divulgarlos, además de mapear esos ecosistemas y darle un monitoreo a su calidad”.
“Cuando empezamos a valorizar, a cuantificar y también a divulgar los servicios ecosistémicos, estamos diciendo su importancia para el bienestar humano, pero también para sostener la producción”, añade el funcionario.
Piedra destaca que el proceso de actualización de los NDC ha sido “muy interesante”, porque se ha evaluado “cuál ha sido el éxito de la implementación” de los planes nacionales anteriores, lo que ha permitido visualizar “cuáles de esos compromisos sí podemos medir” y trabajar, por ende, en indicadores que ayudarán “a saber cuánto va a costar y quién va a poder financiar las acciones a las que nos estamos comprometiendo”.
Una guía para el financiamiento

Zimmer señala que los países, en especial los pequeños o en desarrollo, enfrentan escollos para acceder a dinero para sus planes de conservación, entre ellos los conocimientos técnicos limitados, barreras regulatorias, marcos jurídicos y condiciones políticas poco claras para los mecanismos de financiación sostenible.
Es así que la guía presentada por Pew proporciona, en este contexto, “un marco, oportunidades específicas y estudios de caso que los países pueden aplicar proactivamente a sus propias NDC, lo que a su vez contribuirá a la financiación y la implementación sostenible” de estos planes.
Zimmer asegura que, “específicamente para los ecosistemas de carbono azul, existe un conjunto de opciones de financiación que los países pueden explorar”.
No se trata de una “solución universal”, sino que “deben seleccionarse y adaptarse en función de las prioridades de cada país, de la disponibilidad de datos y del alcance del financiamiento necesario”, asegura.
Algunas de esas opciones son la asignación directa de fondos de los presupuestos nacionales, la implementación de impuestos y subsidios ambientales que premien o desincentiven comportamientos que impactan el medio ambiente, bonos azules soberanos, o el canje de deuda por naturaleza. EFE
