São Paulo, 20 sep (EFE).- Conocido por bellas playas de aguas cristalinas y ensenadas rodeadas de cerros y selva atlántica, el estado de Santa Catarina, en el sur de Brasil, quiere encantar a los turistas más allá del verano austral y hacer brillar durante todo el año su gastronomía y destinos de ecoturismo.
Con la mira puesta en los extranjeros, el estado, que acogió 565.710 visitantes internacionales entre enero y agosto de 2025, el 81,46 % de ellos en el primer trimestre, busca incrementar este flujo en los demás meses.
Así lo destacó en una entrevista con EFE Aline Miranda, gestora de turismo del Servicio Brasileño de Apoyo a las Micro y Pequeñas Empresas (Sebrae) de Santa Catarina, que trabaja junto a la Agencia Brasileña de Promoción Internacional del Turismo (Embratur) para alzar los destinos locales.
“Trabajamos para reducir esta concentración desproporcionada de turismo en verano y mostrar que Santa Catarina está lista para acoger a los visitantes en todas las estaciones”, señaló.
Para Miranda, es un gran desafío mostrar a los extranjeros que Brasil no es solo sol y playa, pero los números ya demuestran resultados de los esfuerzos de Santa Catarina.
En julio de 2025, auge de las vacaciones de invierno en el hemisferio sur, el estado registró un incremento de un 84 % en la entrada de extranjeros en comparación con el mismo periodo de 2024, mientras que en agosto este aumento fue del 44,9 %, según la Secretaría de Turismo local.
La apuesta por el frío

Miranda apuntó las montañas y la nieve como los principales atractivos fuera de verano, y destacó cómo las ciudades se llenan de turistas cuando la meteorología prevé que puede nevar.
Ante temperaturas más bajas, sobresalen paisajes como valles con neblina, viñedos adormecidos y carreteras con curvas y abismos, además de las fiestas culturales.
En ciudades como Urubici o São Joaquim, el frío es parte importante de las experiencias, que incluyen la escarcha que cubre el suelo al amanecer, el aroma de las castañas de araucaria asadas y las chimeneas encendidas.
Como nevar es más raro, Miranda resaltó la hospitalidad y los precios más accesibles en comparación con otros destinos de invierno de la región como diferenciales para atraer, sobre todo, argentinos, chilenos, uruguayos, paraguayos y estadounidenses.
Sabores del sur: gastronomía y enoturismo
Otro atractivo es la rica gastronomía, con origen criollo y europea, que se luce por los sabores tradicionales de platillos con castañas de araucaria, polenta, asado, pollo o fondue, y por otros ingredientes y formas de preparación ancestrales.
Para acompañar la comida, una buena opción son los vinos locales, ya que el estado destaca también por su producción vitivinícola y por el enoturismo.
La región es reconocida por los Vinos de Altura de Santa Catarina, un sello de indicación de procedencia otorgado por el Instituto Nacional de la Propiedad Industrial de Brasil.
Provenientes de áreas con más de 900 metros de altitud, clima frío y grandes amplitudes térmicas, estos vinos certificados son frescos y complejos, con aromas más intensos y acidez equilibrada, debido a una maduración más lenta de las uvas.
“Tenemos algunas bodegas que forman parte de esta indicación geográfica. Son bebidas que solo se producen en ese lugar, con uvas específicas de ese territorio, y este es un gran diferencial”, añadió Miranda.
Herencia europea
Gracias a su historia, muy marcada por inmigraciones europeas, Santa Catarina también ofrece múltiples destinos que permiten vivenciar la atmósfera del Viejo Continente.
En el municipio de Pomerode, la Ruta del Enxaimel concentra la mayor cantidad de casas en este estilo entramado típicamente alemán fuera de Europa.
Además de contemplar las más de 50 construcciones levantadas con la técnica traída por los alemanes en el siglo XIX, los turistas también pueden disfrutar de experiencias rurales sostenibles en un escenario que parece detenido en el tiempo.
Vocación y sostenibilidad
Para Miranda, esta diversidad de destinos y atractivos demuestra la “increíble vocación turística” de Santa Catarina, “única” si comparada con otros estados brasileños.
Parte de esta vocación, según ella, es la adopción de prácticas sostenibles, reconocidas y premiadas en seis destinos por la ONG internacional Green Destinations en 2024.
“El desarrollo del turismo solo es posible de forma sostenible. Es imprescindible pensar en acciones de sostenibilidad que permitan construir un ecosistema duradero”, concluyó.