Quito, 9 oct (EFE).- Ecuador cumple este jueves 18 días de protestas indígenas focalizadas sin visos de diálogo entre el Gobierno de Daniel Noboa y los líderes de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), mientras el país entra en un festivo de cuatro días, un paréntesis cargado de incertidumbre al desconocerse si durante la pausa bajará la tensión, se profundizará o se mantendrá en el mismo nivel.
Aunque la Conaie convocó a un paro con carácter nacional, hasta el momento las manifestaciones se han registrado en unas seis de las 24 provincias de forma esporádica, aunque la de Imbabura ha sido la más afectada con bloqueos de vías que la tienen incomunicada y con problemas de abastecimiento.
Si bien el detonante de las protestas fue la eliminación del subsidio al diésel, conforme han pasado los días, la Conaie ha sumado otras demandas: bajada del 15 al 12 % del Impuesto al Valor Agregado (IVA) y mejoras en salud y en educación.
Asimismo, ha incluido en la protesta su rechazo a la consulta popular del próximo 16 de noviembre, en la que -por iniciativa del Ejecutivo- se preguntará sobre la posibilidad de instalar una Asamblea Constituyente para redactar una nueva Constitución.
Esto ha motivado al Gobierno a tildar de «política» la protesta, que ha dejado hasta el momento un indígena fallecido, varios heridos entre las fuerzas del orden y los manifestantes, y más de cien detenidos.
La Conaie exige también la liberación de doce procesados por «terrorismo» que fueron detenidos tras un ataque en Otavalo (Imbabura) a una estación de policía, donde quemaron diez vehículos.
Pero el Gobierno -que no acepta las exigencias de la Conaie sobre el diésel o el IVA- asevera que no tiene competencia en el caso de los detenidos al ser un asunto de la función judicial.
El martes, el pulso tuvo una nueva vuelta de tuerca cuando manifestantes en la provincia del Cañar atacaron a pedradas la caravana presidencial, por lo que el Gobierno interpuso una denuncia por presunto intento de asesinato al jefe de Estado.
Los cinco detenidos en Cañar el martes fueron liberados el miércoles al haberse considero ilegal su detención.
La Conaie y las protestas
En las protestas de 2019 y 2022, que se extendieron por 11 y 18 días respectivamente, la Conaie logró que los gobiernos de turno dieran marcha atrás en su pretensión de eliminar el subsidio a los combustibles. Hoy, confía en repetir ese desenlace, aunque esta vez acusa al Ejecutivo de intentar dividirlos.
Esto se debe a que el Gobierno ha mantenido diálogos con otros líderes indígenas y reuniones en territorio en las que ha entregado los incentivos y compensaciones que ofreció para los más vulnerables al eliminar el subsidio al diésel.
El analista económico Alberto Acosta-Burneo comentó a EFE que, a diferencia de 2019 y 2022, ahora las protestas están focalizadas, no se ha paralizado la producción petrolera, la minera o las actividades de agroexportación.
Y aunque esto hace que la repercusión sea mucho más reducida, señaló como «devastador» el impacto en Imbabura, donde, al grito de «Fuera Noboa», los manifestantes han recorrido las calles obligando a todos los comercios a cerrar sus puertas y amenazando con «tomarse Ibarra» durante el festivo.
Por ello, ciudadanos de Ibarra (capital de Imbabura) han salido a las calles a defender su derecho a trabajar para subsistir.
Acosta-Burneo ve un «error de cálculo» de la Conaie el haber entrado al paro «sola (sin los transportistas) y, además, dividida internamente».
«En años anteriores, la Conaie capitalizó sobre el descontento generalizado y la participación del resto de actores. En la actualidad, mientras el Gobierno logre que los transportistas estén fuera de la protesta, el impacto no va a ser el mismo», opinó.
En los 18 días que lleva ahora la protesta, las actividades se han desarrollado con normalidad en la mayor parte del país.
Para el analista, una posible solución de la situación es la negociación de las compensaciones por la eliminación del subsidio al diésel para que éstas lleguen directamente a las comunidades.
En similar línea, el analista político César Barthelotti, dijo a EFE que una de las soluciones puede ser que «el Gobierno hable con otros actores que no sean las cabezas de la Conaie y vaya desarticulando los paros focalizados».
Susana Madera