Eduard Sola: «El guionista debe mantenerse dentro de la sociedad, sin olvidarse de ella»

Eduard Sola, ganador del Goya al Mejor Guión Original 2025 por 'Casa en flames', asegura en una entrevista con EFE que el guionista es un "agente social" y no alguien "huraño que están en su casa esperando la imaginación", por lo que "debe mantenerse dentro de la sociedad sin olvidarse de ella". EFE/Javier Cebollada

Zaragoza, 28 jun (EFE).- Eduard Sola, ganador del Goya al Mejor Guión Original 2025 por ‘Casa en flames’, asegura que el guionista es un «agente social» y no alguien «huraño que están en su casa esperando la imaginación», por lo que «debe mantenerse dentro de la sociedad sin olvidarse de ella».

Después de participar en el campus de cine y series ‘La Inmortal’ en Zaragoza, Sola explica en una entrevista con EFE que deja «trazas» de sí mismo en todos los guiones, y que valora a la hora de asumir un proyecto que «no haya estado allí nunca en tono, género o tema».

«Cuando hay algo nuevo me atrae mucho porque una de las cosas más bonitas de mi trabajo es descubrir mundos», señala este autor, para quien «todo vértigo es estimulante» porque conlleva más documentación y más miradas a su alrededor.

PREGUNTA: Su nombre, ahora mismo, aparece en muchas películas y series que se han estrenado en el último año. ¿Se puede escribir tanto sin dejar de sonar a uno mismo?

RESPUESTA: La respuesta es sí. Es cierto que, aunque todo haya aparecido en 2024, todas esas cosas las he escrito a lo largo de muchos años. Yo soy un guionista de encargo, me llaman cuando tienen que contar una historia y yo soy el que la escribe. Pero eso no significa que no haya de mí en todo lo que escribo. Diría que incluso la pregunta puede ser al revés, cómo se hace que lo que escribo no tenga cosas de mí. No sé escribir sin dejarme parte de mí mismo en cada uno de los guiones. Es imposible, de hecho. Estamos hablando de historias, de ficciones, de emoción y de trabajo para llegar a la empatía. No son datos objetivos, sino que pasan por mi rotunda subjetividad. Así que diría que dejo trazas de mí en todos los guiones.

P: En ‘Casa en flames’ todo arde, pero sobre todo los vínculos familiares. ¿Le interesa más lo que estalla o lo que se reprime?

R: No hay explosión sin represión. Esta película es el retrato de una familia burguesa catalana. Tienen una fama peculiar de llevar los sentimientos muy hacia dentro. Esto sucede hasta que todo estalla. Sin embargo, aunque esto sea algo muy propio de la burguesía catalana, todos de algún modo nos sentimos identificados con esto incluso si no eres catalán. Todos reprimimos emociones hasta que revientan. Por eso, creo que ha pasado algo muy extraño con esta película y es que, a pesar de ser el retrato de algo muy concreto, mucha gente se ha sentido identificada con los personajes. Por eso, ha pasado eso de que tú haces algo muy local y que acaba convirtiéndose en algo muy global. Si intentas hacer algo muy global, acaba siendo un truño y sale mal.

P: ¿Cuál ha sido la escena que más le ha costado escribir?

R: He hecho escenas difíciles, pero no han sido una cuestión de mirar sino retos profesionales y gramáticos. Un ejemplo es la escena final de ‘Casa en flames’, que son 32 páginas de guion. Tardaron seis días en rodarla y mantener el pulso en tantas páginas de gente hablando es intenso. Por otro lado, la discusión que tienen madre e hija en ‘La virgen roja’ también me parece un pulso interesante. Pero te pones y lo haces, claro.

P: ¿Le preocupa más que un espectador no entienda algo o que lo entienda demasiado rápido?

R: Uf… ¡Buena pregunta! Me atrevería a decir que estar en el filo de ambas es lo mejor. El espectador siempre tiene una satisfacción cuando va por delante de la película. Sin embargo, intelectualmente es más interesante ir por detrás. El mejor plan es que en una película es que a ratos vayas por delante y a ratos por detrás. Es difícil de calcular porque tienes que meterte en la cabeza del espectador, pero es importante hacerlo en algunos momentos.