EE.UU. y China mantienen su pulso en Centroamérica

El secretario de Estado de los Estados Unidos, Marco Rubio, al intervenir, el pasado 4 de septiembre, durante una rueda de prensa, en Quito (Ecuador). EFE/José Jácome

Ciudad de Panamá, 6 sep (EFE).- Estados Unidos ha anunciado una nueva política de restricción de visados a ciudadanos de países de América Central que considere aliados del Partido Comunista Chino (PCCh), una medida que China ha tildado como otra expresión de «matonería y coerción» en detrimento de los pueblos centroamericanos.

Se trata de otro capítulo en el marco de la rivalidad que mantienen Washington y Pekín por la región, que se ha intensificado desde que Donald Trump volvió a la Presidencia de EE.UU. en enero pasado y que ha tenido su punto más álgido con las amenazas estadounidenses de retomar el Canal de Panamá para contrarrestar la «maligna influencia» china sobre la vía, un alegato negado por las autoridades panameñas.

En junio pasado, el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, anunció la retirada de visas a varios funcionarios de gobiernos centroamericanos que colaboraban con las misiones médicas cubanas, que la Administración Trump considera una forma de trabajo forzado.

Restricción de visados a operadores locales del PCCh

El Departamento de Estado anunció el pasado jueves que restringirá el acceso a visados estadounidenses a los ciudadanos de América Central «que se encuentren en países centroamericanos y actúen intencionadamente en nombre del Partido Comunista Chino».

Serán objeto de esta medida aquellos quienes «a sabiendas dirijan, autoricen, financien, presten apoyo significativo o lleven a cabo actividades que socaven el Estado de derecho en América Central», indicó Rubio en una declaración al la prensa.

«También estamos tomando medidas para imponer estas restricciones de visado en virtud de esta nueva política a varios ciudadanos centroamericanos que hayan participado anteriormente en este tipo de actividades. Como resultado, estas personas y sus familiares directos no podrán, en general, ingresar en Estados Unidos», agregó el jefe de la diplomacia estadounidense.

Al respecto, el embajador de EE.UU. en Panamá, Kevin Marino Cabrera, repitió los alegatos del Departamento de Estado en sus redes sociales: «la influencia corrupta y maligna del Partido Comunista Chino (PCC) en Centroamérica amenaza la estabilidad mientras busca socavar el Estado de derecho», y por ello Washington aplicará «restricciones de visa para quienes colaboren con el PCC para socavar la gobernanza y la rendición de cuentas», añadió.

China acusa a EE.UU. de amenazar y coercionar a la región

La Embajada de China en Panamá reaccionó diciendo que ha «tomado nota de la última de las tantas amenazas e intimidaciones de EE.UU. contra nacionales centroamericanos y la ‘interpretación’ de su embajador en Panamá».

En un texto difundido en sus redes sociales, la delegación diplomática asiática aseveró que «el gran liderazgo del Partido Comunista de China (PCCh) en China y su destacada contribución a la causa de desarrollo y progreso de la humanidad son mundialmente reconocidos e indiscutibles. Una mentira contra el PCCh seguirá siendo una mentira, aunque se repita mil veces».

«Parece que el pueblo panameño nos ha ayudado mucho para responder este acto de imponer matonería, coerción y miedo contra el pueblo centroamericano so pretexto de China», agregó la embajada, al citar supuestas reacciones de ciudadanos panameños, entre ellas la que dice que «el único país que ha causado problemas en Centroamérica, guerras y escándalo de drogas es EE.UU.. No es China quien anda desestabilizando a los países hispanos».

El avance de China en Centroamérica

China ha logrado en los últimos quince años importantes avances políticos y económicos en Centroamérica, un feudo históricamente estadounidense. Los productos chinos de toda clase, incluidos los autos eléctricos, se multiplican en la región.

Cinco de los siete países centroamericanos -Costa Rica, Panamá, El Salvador, Nicaragua y Honduras- han establecido relaciones diplomáticas con Pekín en detrimento de Taiwán, a la que solo se mantienen fieles Guatemala y Belice. También lo ha hecho República Dominicana, un socio de la región a través del Sistema de la Integración Centroamericana (Sica).

Estas alianzas diplomáticas han enfurecido a EE.UU. más de una vez. En septiembre de 2018, durante el primer Gobierno de Trump (2017-2021), Washington llamó a consultas a sus representantes diplomáticos en Panamá, República Dominicana y El Salvador y suspendió una reunión con los cancilleres de Triángulo Norte (El Salvador, Guatemala y Honduras) para discutir el plan de la Alianza para la Prosperidad, precisamente por los nexos con China.

Giovanna Ferullo Mena