El 50,6 % de las personas con discapacidad en zonas rurales sufre soledad no deseada

El presidente de Cermi, Luis Cayo  Pérez. EFE/ Rodrigo Jimenez

Logroño, 3 jul (EFE).- El 50,6 % de las personas con discapacidad que viven en zonas rurales sufre soledad no deseada, según un informe promovido por el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi) y presentado este jueves en Logroño.

El estudio ‘Las personas con discapacidad en el medio rural en España’ se ha expuesto durante la I Convención Cermi Rural 2025, ha detallado esta entidad en una nota.

El informe alerta sobre una mayor vulnerabilidad estructural derivada de la intersección entre discapacidad y ruralidad, que afecta de forma especial a las mujeres y a las personas mayores.

Según los datos, el 22 % del total de personas con discapacidad reside en zonas rurales, casi un millón de personas, de las que 55 % son mujeres y el 37 % tiene más de 80 años.

Entre los principales indicadores que refleja el estudio figuran la baja tasa de empleo, establecida en el 24,3 %; y una brecha educativa significativa, dado que solo el 11,8 % tiene estudios superiores.

A ellos se suman las barreras de accesibilidad en vivienda y edificios públicos y dificultades de movilidad, ya que el 45,5 % tiene problemas para desplazarse; una brecha digital acentuada, porque el 40,5 % tiene dificultades con el uso de las tecnologías; y el elevado nivel de soledad no deseada, que afecta al 50,6 % del colectivo.

El estudio propone una estrategia de desarrollo rural inclusivo, que contemple servicios de proximidad, atención itinerante, mejora del transporte accesible, lucha contra la soledad, promoción del empleo y el emprendimiento, inclusión de la variable discapacidad en todas las políticas rurales y refuerzo del tejido asociativo.

Además, incide en aplicar una perspectiva de género y combatir las muchas formas de discriminación que enfrentan las mujeres con discapacidad.

Por su parte, el presidente del Cermi, Luis Cayo Pérez, ha afirmado que «vivir en el medio rural es un castigo añadido para muchas personas con discapacidad».

Ha añadido que en el medio rural existe una falta de apoyos, infraestructuras y servicios para las personas con discapacidad, lo que genera una presión ambiental para abandonar los pueblos y «les obliga a deslocalizarse, a renunciar a su entorno natural para poder desarrollar una vida digna».

«Estamos instalados en un círculo vicioso que amenaza con vaciar los pueblos de personas con discapacidad, queremos romperlo», ha dicho, y, para ello, es necesario «abrir un proceso de reflexión, de análisis riguroso y de acción política coordinada a nivel local, autonómico y estatal».

Ha subrayado que «es hora de que este tema entre de lleno en la agenda política» y poner el foco en la discapacidad en el entorno rural, porque «casi un millón de personas viven en un limbo de exclusión y abandono».