Redacción Ciencia, 12 sep (EFE).- El análisis del ADN antiguo de los restos fósiles de varios mastodontes revela que esos gigantes de la Edad de Hielo migraron grandes distancias en respuesta a los cambios climáticos y que eran mucho más diversos genéticamente de lo que se sabía hasta ahora.
Un estudio que publica Science Advances reconstruyó el ADN mitocondrial de fósiles de siete mastodontes americanos, algunos de 500.000 años de antigüedad y, por primera vez, un espécimen único de un mastodonte del Pacífico de Tualatin (EE.UU).
El espécimen de mastodonte del Pacífico era muy distinto de otros del Pacífico encontrados anteriormente en México, lo que podría sugerir que esos especímenes mexicanos podrían representar una tercera especie.
El equipo de investigadores de las universidades de McMaster y Harvard (EE.UU) confirmó que descubrió que los mastodontes del Pacífico pertenecen a una rama genética muy antigua, bien establecida y separada, con un área de distribución que se extendía mucho más allá de lo que se creía.
El análisis de ADN de especímenes de la costa este y el norte de Ontario (Canadá) revelaron dos grupos genéticos nuevos y distintos, conocidos como clados, de mastodontes que vivían en la misma región, pero en épocas diferentes.
Las especies orientales eran sorprendentemente diversas y llegaron en distintas oleadas migratorias al menos tres veces, un patrón impulsado por ciclos repetidos de calentamiento climático que provocaron el deshielo glacial y la apertura de nuevos territorios para la expansión hacia el norte.