Isabel Laguna

La Línea de la Concepción (Cádiz), 12 jun (EFE).- Alivio, alegría y tranquilidad son las palabras que más se han escuchado en la Verja de Gibraltar entre los trabajadores transfronterizos que a primeras horas de este jueves cruzaban, como cada mañana, el paso fronterizo para acudir a sus puestos de trabajo.
Peatones, patinetes, bicicletas, motos y coches han convertido en un hervidero, desde las 7:00 de la mañana, como cada día, este paso fronterizo llamado a desaparecer.
Un día después de que España, Reino Unido y la Unión Europea completaran casi cinco años de negociaciones y alcanzaran un histórico acuerdo por el que esta Verja desaparecerá, las dudas sobre cómo será el futuro planean también entre quienes la cruzan a diario.
«Esto va a ser como cuando vas a Portugal, que no tienes que enseñar nada», explicaba en una cafetería de La Línea una mujer de este municipio que tiene una peluquería en Gibraltar a otra vecina que trabaja en la colonia y que estaba sentada a dos mesas de distancia.
Otro vecino de La Línea, Alfredo Valencia, de 55 años y que lleva 15 trabajando en Gibraltar como peón de una empresa distribuidora de tabaco y bebidas, explicaba antes de acudir a su trabajo que esta mañana sentía al cruzar el paso fronterizo «una sensación de alivio y hasta de bienestar».
Él, como su hermano Miguel que lleva 40 años trabajando en la colonia, han celebrado «esa foto que refleja mucho, ese apretón de manos entre los que han facilitado este acuerdo», en referencia a la imagen que se difundió ayer, tras anunciar el acuerdo, entre los ministros de Exteriores de España y el Reino Unido, José Manuel Albares y David Lammy, el ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, y el vicepresidente ejecutivo de la CE, Maros Sefcovic.
«Muchos vecinos de las dos ciudades vamos a agradecer que desaparezca esa barrera física y emocional», añadía Alfredo, uno de los más de 10.000 trabajadores españoles que acuden cada mañana a sus puestos en Gibraltar, junto a otros 5.000 de distintas nacionalidades.
«Estamos confiados y pendientes, a ver cómo va a quedar la situación de los trabajadores transfronterizos en temas de impuestos, pensiones, la atención sanitaria… Vamos a darle tiempo al tiempo, vamos aprovechar esta sensación de bienestar, de alivio y de tranquilidad y a esperar lo que nos depara, yo creo, que un futuro inmediato», añadía.
Por de pronto, él, como todos a los que se les pregunta, celebran que, sobre todo a la hora de salir de la colonia tras sus jornadas laborales, vaya a ser más fácil llegar a sus casas. «Siempre sales pensando a ver qué cola hay hoy, a veces cinco minutos, a veces una hora», explicaba.
«Sólo por no hacer las colas y poder entrar directamente me parece bien», comentaba Sergio Gonzálo, un joven madrileño que desde hace dos años trabaja en una aseguradora en la colonia, donde «el sueldo es mejor que en cualquier sitio de España».
Jovana, una mujer de La Línea que trabaja de camarera en Gibraltar, pasaba esta mañana la Verja «con mucha alegría» porque el acuerdo va a evitar que «muchas veces» se encuentre complicaciones que le hacen llegar tarde a su trabajo.
También decía sentir «alivio» Mikel, un británico que reside en La Línea porque le gusta más la vida en Andalucía y que esta mañana se dirigía a su trabajo como informático en la colonia, porque este acuerdo llevará «seguridad» a quienes viven y trabajan en la zona.
«Yo lo veo con positividad, pero con un poco de cautela también, no sé realmente todas las consecuencias que tendrá para La Línea la eliminación de la verja, habrá que ver cómo nos repercute», decía otro que se dirigía también a su trabajo.
Tanto las autoridades locales, como los representantes de diversos sectores y los trabajadores esperan que mañana algunas de sus dudas se aclaren en la reunión a la que han sido convocados en Madrid por el ministro de Asuntos Exteriores.