El «amor compañero» de Mujica y Topolansky inspira un documental con entrevistas inéditas

Fotografía de archivo del 18 de noviembre del 2024 del expresidente de Uruguay, José Mujica, y su esposa Lucía Topolansky durante una entrevista en Montevideo (Uruguay). EFE/ Sofía Torres

Montevideo, 26 jul (EFE).- La relación que, nacida en sus años de guerrilleros, unió por más de cuatro décadas a los políticos uruguayos José ‘Pepe’ Mujica y Lucía Topolansky se convirtió en el hilo conductor de «Un amor compañero», un documental basado en entrevistas inéditas a sus protagonistas y complementado con un libro homónimo.

Si bien años antes de que él fuera presidente y ella, más tarde, vicepresidenta, contaron, con más o menos detalles, cómo se conocieron «en la militancia» luchando dentro del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, cuándo se mudaron juntos y por qué no tuvieron hijos, nunca quisieron hablar demasiado del tema.

Tal es así que cuando el camarógrafo y dirigente de la Asociación de la Prensa Uruguaya Rody Olivera tuvo la idea de hacer una entrevista en profundidad sobre ello con miras a un documental, se topó, según cuenta en diálogo con EFE, con un Mujica abierto a la idea, pero que le aclaró que tendría que «convencer a la vieja».

De primeras Topolansky le dijo que ella «de la intimidad no hablaba» y fue recién después de charlar más a fondo de la idea que, para sorpresa de su esposo, terminó aceptando.

Cartas sin respuesta y un reencuentro

El camarógrafo y secretario general de la Asociación de la Prensa Uruguaya (APU), Rody Olivera, habla durante una entrevista con EFE sobre el documental "Un amor compañero", este viernes, en la sede de APU en Montevideo (Uruguay). EFE/ Gastón Britos

Olivera emprendió así la dirección del proyecto que, filmado en 2024, vio la luz con un estreno en Montevideo este miércoles.

A cargo de la compleja tarea de guiar la conversación repartida en tres entrevistas, una con Mujica, una con Topolansky y otra con ambos, estuvo el periodista Álvaro Pan Cruz, quien dice que algo que sorprende de su relación es que prosperó pese al corte de más de una década forzado por el encarcelamiento de ambos hasta su liberación al concluir la dictadura, en 1985.

Si bien, sobre todo al comienzo de una cárcel que para Mujica -uno de los «nueve rehenes»- pronto se convirtió en una rotación por inhóspitos calabozos, se escribieron cartas y ella recibió una, la mayoría no llegaron a destino y, como pasaban por censores, no se podía expresar mucho en ellas.

«Entonces no tuvieron durante esos años ningún contacto. Sin embargo, apenas son puestos en libertad se ven esa misma noche y desde ahí establecen un vínculo que, desafiando a cualquier libro de autoayuda, resulta un modelo de convivencia entre dos seres humanos a lo largo de décadas», destaca Pan Cruz.

Codo a codo

«Tengo que agradecerle a la vida haberla encontrado», dijo sobre su compañera, ya enfermo, el expresidente, al que Topolansky acompañó hasta su último día en la chacra (pequeña finca) en la que convivieron por cuatro décadas.

Con esta y otras frases, como la de que el amor en la vejez no es una «hoguera» sino «una dulce costumbre», el exmandatario dejó entrever más de una vez una faceta cariñosa que, no obstante, reservó más para una intimidad que no pudo escapar del todo de la exposición mediática constante que su fama global atrajo.

En el filme, a unas entrevistas en las que el matrimonio tampoco quiere abundar demasiado sobre el vínculo que Mujica de todas formas sí define allí como de «interdependencia» se suman, dosificados, poemas como el célebre ‘Te quiero’ de Mario Benedetti.

Según Pan Cruz, uno de los puntos sensibles de la historia de la pareja que se casó en 2005 -según Topolansky, más que nada «por los papeles»- era el de «los hijos que no tuvieron»; pero, revela, incluso sobre algo doloroso como eso le dejaron una enseñanza.

«Demostraron, y en los hechos, no solo con las palabras que expresaron en la entrevista, que tuvieron una fortaleza individual y de pareja para afrontar los temas que podrían ser más dolorosos con absoluta naturalidad y eso es parte de ese aprendizaje que uno hace viendo el documental o leyendo el libro», afirma.

Sin fines de lucro

Consciente de que la muerte del exmandatario, ocurrida el pasado 13 de mayo, es aún muy reciente para que su viuda, pese a su fuerte temple, quisiera asistir al estreno o ver la película, Olivera cuenta que sí quiso enviar como regalo para los espectadores unas flores plantadas en su chacra.

En tanto el libro escrito por Pan Cruz y editado por Fin de Siglo ya está disponible en librerías, el director dice que, como la idea no era «lucrar» con él, el filme por ahora no estará en salas o plataformas.

«En realidad nosotros ni siquiera sabemos si vamos a llegar al cine (…), pero la idea nuestra es poder difundirlo lo más que se pueda, ese es el único compromiso», concluye.

Alejandro Prieto