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El «apartheid de género» talibán deja en riesgo extremo a 11.600 embarazadas tras el sísmo

Imagen de archivo. EFE/EPA/QUDRATULLAH RAZWAN

Kabul, 8 sep (EFE).- Más de 11.600 mujeres embarazadas se encuentran en una situación de riesgo extremo en las zonas devastadas por el terremoto en Afganistán, donde la falta de personal sanitario femenino y las barreras culturales les impiden recibir la atención médica que necesitan con urgencia.

El último informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) confirma con datos esta crisis de acceso. A pesar de que las mujeres constituyen la mayoría de las víctimas del terremoto, solo el 42% de los heridos que han llegado a los hospitales son mujeres y niñas, frente a un 58% de hombres.

En un país con una de las tasas de mortalidad materna más altas del mundo, el colapso del sistema sanitario tras el sismo ha convertido cada embarazo en un caso de alto riesgo. El trauma físico y psicológico puede inducir partos prematuros o abortos, y la atención obstétrica de emergencia es casi inaccesible.

Según la OMS y testimonios recogidos por EFE, esta disparidad se debe a la «escasez de trabajadoras sanitarias» y a las estrictas normas culturales que impiden a muchas mujeres ser atendidas por hombres.

En respuesta, la OMS y sus socios han comenzado a desplegar equipos especializados. Según el informe, ya se han movilizado cuatro equipos compuestos por 26 trabajadoras sanitarias de primera línea para realizar evaluaciones entre la población femenina.

Además, agencias como el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) han distribuido 26 Kits de Salud Reproductiva Interinstitucionales en la región, diseñados para proporcionar atención obstétrica y neonatal de emergencia.

El terremoto de magnitud 6.0 que sacudió el este de Afganistán el pasado 31 de agosto ha sido el más mortífero en el país en casi tres décadas, con un balance de 2.205 muertos y más de 3.640 heridos, muchos de ellos con traumatismos complejos como fracturas de cráneo o lesiones internas que requieren atención quirúrgica inmediata.

La catástrofe golpeó a una nación extremadamente vulnerable, con un sistema sanitario debilitado por la falta de fondos y en un país donde casi la mitad de la población ya dependía de la ayuda humanitaria para sobrevivir.