El apoyo del público y la industria, clave para el festival de cine más largo de España

El director del Festival Internacional de Cine bajo la Luna de Islantilla, Esteban Magaz, durante la entrevista con EFE en la que ha explicado que el apoyo del público y la industria es clave para mantener este certamen en la costa de Huelva, el festival más largo de todos los que se celebran en España, con dos meses de duración. EFE/Fermín Cabanillas

Fermín Cabanillas

Islantilla (Huelva), 1 sep (EFE).- Comenzó como una muestra de cortometrajes sacados del archivo del desaparecido Festival de Cine Inédito pero, 18 años después, el Festival Internacional de Cine bajo la Luna de Islantilla no solo tiene identidad propia, sino un apoyo del público y la industria clave para sobrevivir.

Y no es cualquier cosa porque de lo que se trata es de mantener cada verano el festival de cine más largo de todos los que se celebran en España, que comienza en el primer sábado de julio y se clausura ese mismo día de la semana de cierre de agosto.

Su director es Esteban Magaz, que este año ha gestionado el certamen al tiempo que prepara el estreno de su ópera prima como director, ‘El pezón de Elena’, y explica, en una entrevista con EFE, que el secreto de la supervivencia de este festival pasa por “el apoyo de los espectadores que vienen a ver las películas, lo que motiva para seguir haciéndolo”.

Un apoyo, además, que no tiene contraprestación económica ya que el acceso a las proyecciones es gratuito hasta completar aforo, recuerda Magaz, que pone el acento en que «la industria respalda el festival con muchísimo cine que llega cada año”.

Cine de todo el momento

El director del Festival Internacional de Cine bajo la Luna de Islantilla, Esteban Magaz, durante la entrevista con EFE en la que ha explicado que el apoyo del público y la industria es clave para mantener este certamen en la costa de Huelva, el festival más largo de todos los que se celebran en España, con dos meses de duración. EFE/Fermín Cabanillas

De hecho, este año llegaron a la costa onubense 1.225 películas en competición con obras que representaban a los cinco continentes, con cineastas de 45 países que aspiraban a un premio que, finalmente, se llevó Paco Ortiz con el documental ‘Antonio, el bailarín de España’.

“Después de 18 años, el festival se ha consolidado de tal forma que ya es indispensable para la cultura en la costa de Huelva”, defiende su director, que subraya que, una vez “cumplida la mayoría de edad en esta edición”, se debe tener en cuenta como “un antes y un después para seguir adelante, donde hay que crecer hacia otras direcciones”.

Por eso, ya maneja algunas ideas para las ediciones más inminentes y se inclina por intentar “que el festival tenga un capítulo de formación y de encuentro de cineastas, de productores”, tomando como base que en este rincón de la costa de Huelva, con esta cita como nexo, “han nacido películas, se han hecho negocios entre las proyecciones”.

Recuerda entre esas películas que se crearon a partir de reuniones en Islantilla a ‘Adú’, de Salvador Calvo, que contó con actores de su entorno para el proyecto final, con lo que espera activar “un punto de encuentro real de la industria, porque Islantilla puede ser un buen punto en común”.

Un lugar de encuentro para la industria de forma global, “pero si es de cine andaluz, mucho mejor”, porque, al final, el objetivo de todos los festivales tiene que pasar por “generar industria, que se haga negocio en torno al cine”.

De una muestra de cortos a una referencia internacional

Pero el director del Festival de Islantilla no olvida los comienzos de esta cita, que comenzó “como una muestra de cortometrajes que había en el festival y que se quería poner en valor”, y de ahí se pasó al concurso de cortometrajes, que se abrió a nivel internacional, “y a partir de la cuarta edición ya tomó el nombre de Festival Internacional de Cine de Bajo la Luna», donde tanto los largometrajes como los cortometrajes «se convirtieron los protagonistas”.

Con todo, la pregunta es: ¿Tiene techo este festival? Su responsable cree que “de momento no se le ha encontrado” y cada año “crece un poco más”, por lo que recalca que “hay que crecer en todas las direcciones, en la económica, la social, la cultural porque se está convirtiendo en una herramienta muy valiosa y muy demandada”.