El arte de esperar en Nueva York: filas que aparecen por Shakespeare o por una pizza

Personas hacen fila este 10 de septiembre de 2205, en Nueva York (Estados Unidos). EFE/ Ángel Colmenares.

Nueva York, 12 sep (EFE).- En las calles de Nueva York es común ver largas filas, ya sea para conseguir las últimas galletas de moda, hacerse con un nuevo modelos de zapatillas deportivas o asistir a un tribunal para ver el juicio a algún famoso. Son muchos los que pasan la noche en una fila, con frío o con calor, hasta para ver una obra de teatro de Shakespeare.

En este caso, para ver gratis obras de Shakespeare en un escenario de Central Park.

«Siempre bromeo con que si los neoyorquinos ven una cola, la empiezan a hacer. No saben para qué es, pero piensan que si hay una cola debe de ser para algo bueno, así que se unen a ella», relata a EFE Rich, quien confiesa que llegó a las 2:45 de la madrugada para asegurarse de poder recibir una entrada cuando empiecen a distribuirlas, a mediodía.

Estrellas de Hollywood en el teatro

Personas hacen fila este 10 de septiembre de 2205, en Nueva York (Estados Unidos). EFE/ Ángel Colmenares.

La razón detrás del furor que está teniendo esta temporada de Shakespeare in the Park que se celebra todos los años es que en esta interpretación de la obra ‘Noche de reyes’ (Twelfth Night) actúan los actores Sandra Oh, conocida por su papel en la serie ‘Grey’s Anatomy’; Peter Dinklage, quien llegó al éxito tras ‘Game of Thrones’, más la ganadora del Óscar por su papel en ’12 Years of Slavery’ Lupita Nyong’o.

Además, el Teatro Delacorte en Central Park muestra ahora nueva cara tras una renovación de 85 millones de dólares, obras que provocaron que el año pasado no hubiera ninguna función de Shakespeare in the Park.

«Es impresionante las colas que se forman este año, sobre todo si lo comparamos con otras ediciones en las que llegamos a regalar entradas a la gente que paseaba por el parque para poder llenar las funciones», dice a EFE uno de los trabajadores encargados de controlar las colas.

Rich, que es asiduo a estas funciones y no se podía perder esta edición porque su esposa es fan de Nyong’o, dice que nunca antes había acudido tan temprano para asegurarse una entrada.

En esta ocasión Rich tuvo que esperar de las 2:45 a 6 de la mañana en una cola fuera del parque y bajo la fría lluvia, pero una vez abierto Central Park, le colocaron en una hilera para personas de la tercera edad en una zona cubierta.

Anthony Miles no ha tenido tanta suerte: la fila normal está en el medio del parque y se está mojando con la lluvia, pero está acostumbrado, pues es la tercera vez este verano que este joven hace una fila de diez horas para ver la interpretación de Dinklage, uno de sus actores favoritos.

Miles, además, viene con entretenimiento para pasar el rato, pues mientras espera monta una maqueta de un personaje del anime de Gundam Wing: Endless Waltz.

Hacer fila, ahora una profesión rentable

Personas hacen fila este 10 de septiembre de 2205, en Nueva York (Estados Unidos). EFE/ Ángel Colmenares.

El joven Miles es un apasionado de las colas, sobre todo si al final de ella hay algo gratis: el día anterior hizo otra cola en una tienda para que le regalaran una prenda de ropa, ya que era el cumpleaños de su tía y le quería regalar algo.

Otra razón por la que muchos neoyorquinos hacen cola es por comida en establecimientos clásicos, como la pizzería John’s en el Greenwich Village, donde es normal ver colas de más de una hora para conseguir una mesa; pero también en locales nuevos que se han puesto de moda por las redes sociales, como es el caso de las galletas de Crumbl Cookies.

La pasión por las colas en la Gran Manzana ha llegado hasta tal punto que se ha convertido en una profesión y hay gente que cobra por pasar la noche a la intemperie esperando. El precio varía según la compañía, pero suelen pedir un mínimo de 50 dólares la hora.

Es habitual ver a este gremio en las filas para la venta de entradas de conciertos, así como en las colas que se forman delante de los juzgados de Nueva York para poder entrar como público en procesos judiciales de celebridades, como ocurrió este año con el juicio del rapero Sean ‘Diddy’ Combs o el año pasado con el juicio penal de Donald Trump.

Sarah Yáñez-Richards