El artista Javier de Juan: “Levantad la barbilla y reíros con desprecio del apagón”

El artista Javier de Juan, creador de la imagen gráfica de la movida madrileña desde espacios como la revista 'Madriz'. Cedida por Reino de Cordelia. EFE

Madrid, 2 may (EFE).- El artista Javier de Juan, creador de la imagen gráfica de la movida madrileña desde espacios como la revista ‘Madriz’, cree que ante una sucesión de “muchas primeras veces” con los aranceles, la dana, la filomena, el encierro del covid o el apagón, solo cabe “levantar la cabeza y reírse con desprecio” porque “esto va a seguir”.

El artista Javier de Juan, creador de la imagen gráfica de la movida madrileña desde espacios como la revista 'Madriz'. Cedida por Reino de Cordelia. EFE

De Juan (Linares, Jaén, 1958), ha hablado con EFE de la exposición que le dedica el Museo Nacional de Artes Decorativas hasta el 19 de octubre y de la reedición de ‘Un exilio mediopensionista’ (Reino de Cordelia), cuaderno de ilustraciones y reflexiones de la etapa en la que huyó de Madrid para refugiarse en Murcia entre 1993 y 1995, con continuos regresos a una capital asolada por la crisis económica.

Se publicaron por primera vez en 1996 con limitaciones técnicas y ahora se presentan en versión corregida y aumentada, aunque no autocensurada, aclara. “El libro se ha quedado como fue. Con sus palabras rancias. Con sus tonterías. El retrato de una época”, dice en el prólogo este artista multidisciplinar influido por corrientes como el expresionismo alemán y el diseño estadounidense de los cincuenta.

De Juan reconoce que cuando se puso a reeditar esta obra, se quedó “pasmado”. “Porque efectivamente estamos hablando de una época en la que por ejemplo se fumaba en los aviones. Ha cambiado el lenguaje y la forma de comunicarnos, las costumbres. Somos los mismos, pero no somos los mismos”, remarca.

Así, describe episodios con “moros y negros” -con los que convivía con toda naturalidad y hacía la cola para llenar bidones de agua en la fuente en aquella época de sequía, aclara- que pueden chocar. Pero “eran cosas descriptivas. Estamos hablando de una época en la que conducíamos borrachos” y “de reírnos de todo y de nosotros mismos sin cortapisas”, subraya.

“Veníamos de un mundo muy gris y plasta, donde crecimos con mucha represión. Entre los 80 y los 90 hubo una gran liberación de todo eso, no estábamos dispuestos a que hubiese barreras ni a que nadie nos callase nada, aunque cometiéramos errores”, asegura el autor de uno de los murales que recibe a los viajeros en el aeropuerto de Barajas.

También cree que eran “más sacrificados” en situaciones como la crisis económica de principios de los 90, que a él le expulsó de Madrid. “Ahora quizá hay una educación más dirigida a reivindicar unos supuestos derechos que luego en la vida real no existen, y eso produce mucha frustración”, reflexiona.

Por eso, ante episodios como el corte masivo de suministro eléctrico del pasado lunes advierte: “El miedo nos matará si no lo matamos nosotros primero: con trabajo y con indiferencia”. Por otro lado, cree que se ha demostrado “lo fuertes que somos” y que “no pasa nada por estar nueve o diez horas sin estar comunicados y entretenidos cada segundo”.

Aunque De Juan reivindica que todos los tiempos son sus tiempos y en cada uno hay que vivir lo que toca, piensa que en la actualidad se ha podido olvidar “lo horrible que era lo anterior”, en referencia al franquismo. Y admite que entre crisis económicas, corrupciones y desilusión, “se ha perdido un poco la inocencia”.

“Cada generación tiene que inventarse su propio mundo y al final se arrollan las cosas”, añade el diseñador y pintor, cuyos cuarenta años de carteles, portadas de discos o cuadernos tienen un “espíritu tan festivo” que “sorprende” a la gente joven que acude a su exposición. “Pero es algo más: estábamos tratando de deconstruir positivamente el mundo”, concluye.

Marina Estévez Torreblanca