El asaí que producen indígenas tacanas en la Amazonia de Bolivia llega a Washington

La representante adjunta de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Bolivia, Rosse Noda, durante una entrevista con EFE, el pasado 10 de septiembre, en La Paz (Bolivia). EFE/Luis Gandarillas

La Paz, 20 sep (EFE).- El asaí silvestre cosechado y procesado de forma sostenible por indígenas del pueblo tacana en sus territorios en la Amazonia de Bolivia halló mercado en Washington, a donde el fruto comenzó a llegar este mes por una iniciativa privada con el apoyo de organismos como la FAO.

La representante adjunta de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Bolivia, Rosse Noda, durante una entrevista con EFE, el pasado 10 de septiembre, en La Paz (Bolivia). EFE/Luis Gandarillas

La venta se concretó mediante un contrato de exportación directa entre la franquicia estadounidense Fruitive, dedicada a la oferta de comida saludable y orgánica, y la empresa boliviana Biofood Srl, que trabaja con comunidades indígenas para ofrecer fuera del país los frutos silvestres amazónicos.

La representante adjunta de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Bolivia, Rosse Noda, durante una entrevista con EFE, el pasado 10 de septiembre, en La Paz (Bolivia). EFE/Luis Gandarillas

El acuerdo está respaldado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO) y WWF Bolivia, dentro del proyecto Bosques Sostenibles que financia la Plataforma Ambiental de la Unión Europea (UE) y Suecia.

El recorrido hasta Washington comienza en los territorios de los tacanas, en zonas como el norte del departamento de La Paz donde están asentadas comunidades como Santa Rosa de Maravilla, Tumupasa y Carmen Pecha.

En esta última comunidad vive Leónidas Zambrana, un productor que destacó que para ellos «ha sido una oportunidad» esta apertura del mercado estadounidense y destacó que los mismos empresarios pudieron comprobar in situ el potencial del asaí boliviano.

«Si ellos van a comprar (…) para nosotros está bien, porque la cosecha da trabajo a los varones y la planta en la que despulpan (el fruto) también da trabajo a las mujeres», algo importante «hoy más que nunca, que está la crisis», dijo Zambrana a EFE.

El territorio tacana en Carmen Pecha tiene un área de 11.998 hectáreas, de las que 350 son parte de un «plan de manejo» para la cosecha silvestre del asaí «sin tumbar ni una palmera», explicó el productor, pues los indígenas saben que cada nueva planta «tarda en dar frutos como 13 años y es mucho el tiempo».

Así, los hombres trepan con ayuda de arneses hasta lo más alto de las palmas, que miden unos 18 metros, para extraer los frutos y enviarlos luego a la comunidad, donde las mujeres obtienen la pulpa.

Tejiendo alianzas

«No se tumba absolutamente ni una palmera, se hace de manera natural y con trepado seguro la recolección de nuestros frutos. Lo cosechamos de manera amigable con nuestra flora y fauna, incentivando la conservación, generando ingresos económicos a nuestras familias», señaló a EFE el presidente del Consejo Indígena del Pueblo Tacana (Cipta), Jorge Canamari.

El dirigente valoró que alianzas como la forjada con Biofood ofrecen a las familias tacanas mejores ingresos y «seguridad económica», además de «incentivar la conservación».

También resaltó el apoyo técnico de la FAO para que las comunidades puedan, por ejemplo, mejorar su seguridad al trepar las palmas.

Fue también a través de ese organismo que se tejió la alianza con Biofood, que desde 2018 trabaja con productos naturales y saludables como el asaí, «reconocido mundialmente por sus propiedades antioxidantes», comentó a EFE el gerente de la compañía, Martín Dick.

La empresa ya trabajaba con recolectores de las regiones amazónicas de Pando y Beni, y de la oriental Santa Cruz, y mediante la FAO, a fines de 2024 conectó con las comunidades del norte de La Paz.

Dick destacó que la compañía estadounidense que recibe el asaí tiene interés «incluso en mantener una exclusividad» por la «calidad del producto».

«Nuestra bandera es el asaí, pero existe una infinidad de productos amazónicos (…) Nuestro compromiso es poder llevar esos alimentos a otros países para que esas comunidades puedan tener medios de subsistencia», además de apoyar a la conservación, agregó.

La representante adjunta de la FAO en Bolivia, Rosse Noda, dijo a EFE que la «trilogía productores-empresa privada-FAO» permitió que los productos bolivianos «estén vendiéndose ya en forma de helados y de batidos al frente de la Casa Blanca en Washington».

Noda mencionó que el trabajo del organismo apunta a para generar «un sistema de producción sostenible», «resiliente», «inclusivo» y una «bioeconomía» para que no se desperdicie ningún recurso.

Esta labor, enmarcada también en Bosques Sostenibles, tiene más recorrido en Pando, donde los productores proveen el fruto para el desayuno escolar y también a la estatal Empresa Boliviana de Alimentos y Derivados (EBA), y en el Bajo Paraguá, en Santa Cruz, donde ya se produce asaí biofilizado.

Gina Baldivieso