Londres, 02 oct (EFE).- El atentado terrorista perpetrado este jueves en una sinagoga de Mánchester (noroeste de Inglaterra), que dejó dos víctimas mortales -más el atacante- y al menos tres heridos de gravedad, reabrió la herida del antisemitismo en el Reino Unido en el marco de la guerra de Gaza.
Alrededor de las 9:30 de la mañana hora local, un hombre fue apuñalado y un auto arrolló de manera intencionada a un grupo de viandantes en el exterior de la sinagoga de la Congregación Hebrea de Heaton Park, al norte de Mánchester, especialmente concurrida por ser Yom Kippur, la celebración más sagrada del calendario judío.
«Había un gran número de feligreses acudiendo a la sinagoga en el momento de este ataque, pero gracias a la inmediata valentía de los cuerpos de seguridad, de los fieles en el interior y de la rápida respuesta de la Policía, se le impidió el acceso al atacante», dijo el jefe de la Policía del Gran Mánchester, Stephen Watson.
El perpetrador, identificado este jueves por las autoridades como Jihad Al-Shamie, de 35 años y ciudadano británico de ascendencia siria, fue interceptado y disparado hasta morir por los agentes de policía apenas siete minutos después de recibir el primer aviso sobre el suceso, que ha sido declarado como un atentado terrorista.
Algunas imágenes y videos publicados en redes sociales mostraron el rostro del sospechoso, que primero podía verse portando algo en su cintura y después abatido en el suelo.
Las autoridades confirmaron posteriormente que el atacante llevaba un chaleco «que tenía la apariencia de un artefacto explosivo» pero, después de ser analizado por efectivos especializados en desactivación de bombas, se demostró que este era «inoperativo».
La Policía antiterrorista lidera la investigación junto con la Policía del Gran Mánchester para esclarecer las causas de lo ocurrido y determinar si Al-Shamie actuó en solitario o si forma parte de una banda criminal.
Por el momento hay tres sospechosos bajo custodia policial, dos hombres de unos 30 años y una mujer de unos 60, y han sido arrestados bajo sospecha de «comisión, preparación e instigación» de actos terroristas.
El odio creciente tras la guerra

El hecho de que el atentado haya sucedido en una sinagoga, durante el Yom Kippur y a escasos días de que se cumplan dos años del atentado de Hamás del 7 de octubre en Israel, que desencadenó la actual guerra en Gaza, ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de la comunidad judía y el auge del antisemitismo en el Reino Unido en el marco del conflicto.
El primer ministro británico, Keir Starmer, que se encontraba en una cumbre europea en Copenhague (Dinamarca), se vio obligado a regresar al Reino Unido tras lo sucedido para presidir una reunión del comité de emergencia -más conocida como COBRA-.
En una declaración al término del encuentro, el jefe del Gobierno británico dijo que el perpetrador había «atacado a judíos por el hecho de ser judíos» e hizo un llamamiento a «derrotar el antisemitismo» en el país y anunció que habrá una mayor presencia policial en edificios frecuentados por la comunidad judía.
El director ejecutivo de la ONG británica Campaña contra el Antisemitismo, Gideon Falter, llegó a decir en un comunicado que el ataque de este jueves era «inevitable» y culpabilizó a los diversos gobiernos del Reino Unido por haber permitido el avance de la «radicalización y al extremismo islamista» y no haber hecho nada para frenarlo.
«Ahora la sangre de judíos británicos clama desde el suelo», agregó.
En esta misma línea, el presidente del Estado de Israel, Isaac Herzog, indicó este jueves que había expresado por carta al rey británico, Carlos III, su «profunda preocupación por el aumento del antisemitismo» en el Reino Unido «a niveles sin precedentes».
Precisamente, el monarca del Reino Unido fue uno de los primeros en reaccionar al atentado y aseguró que, tanto él como su esposa, la reina Camila, estaban «profundamente conmocionados y entristecidos» por el suceso.
Con el de este jueves, la ciudad de Mánchester se convirtió por segunda vez en lo que va de siglo en el escenario de un atentado terrorista y revivió por unas horas el fatídico sentimiento del pasado 22 de mayo de 2017 en el Manchester Arena, cuando un yihadista suicida detonó una bomba al término de un concierto de Ariana Grande, causando la muerte de 22 personas y heridas a más de un millar.
Raúl Bobé