Madrid, 10 jun (EFE).- El Banco de España calcula que la economía española crecerá en el segundo trimestre del año entre un 0,5 % y un 0,6 %, una tasa «relativamente elevada» y similar a la del primer trimestre (0,6 %), aunque «podría implicar una nueva ralentización» en el crecimiento por el mayor nivel de los aranceles y de incertidumbre.
En su informe trimestral publicado este martes, la entidad señala que los indicadores de confianza y facturación son coherentes con una pérdida de dinamismo de la actividad trimestral, que se prevé con mayor claridad para el conjunto del año, con una rebaja al 2,4 % del crecimiento proyectado, un recorte que podría llegar al 2 % en un escenario más adverso de guerra comercial.
La rebaja de la previsión anual y el escenario más adverso fueron adelantados este lunes en el Congreso de los Diputados por el gobernador del Banco de España, José Luis Escrivá.
El informe publicado hoy detalla que el empleo será en el segundo trimestre «algo menos dinámico» que en los dos trimestres previos, con mejor desempeño en servicios como la hostelería, actividades profesionales, actividades financieras y transporte, frente a un menor crecimiento en la industria y la construcción.
La incertidumbre y el deterioro de la confianza estarían incidiendo negativamente sobre el consumo, como refleja la desaceleración de la compra de bienes duraderos y de matriculaciones de automóviles particulares.
Frente a ello, el banco espera que la inversión muestre un «mayor vigor relativo» en los próximos meses, fundamentalmente en la industria; al tiempo que prevé que el sector exterior reduzca su contribución al crecimiento, afectado por el aumento de la incertidumbre global derivada de las tensiones comerciales.
Recorte del crecimiento previsto en 2025
El riesgo arancelario ha motivado el recorte de tres décimas de la previsión de crecimiento para 2025, hasta el 2,4 %, y que se sitúe por debajo del 2 % en el bienio siguiente (1,8 % en 2026 y 1,7 % en 2027).
El escenario más adverso, de escalada prolongada de la guerra arancelaria, restaría 0,4 puntos adicionales al crecimiento del PIB este año (hasta el 2 %) y 0,7 puntos al de 2026, que avanzaría solo un 1,1 %.
El informe explica que el avance del PIB seguirá sustentado en el empuje de la demanda interna, especialmente el consumo privado como consecuencia de la evolución favorable que se proyecta para la renta disponible, el empleo y la población.
No obstante, experimentaría una desaceleración a lo largo del horizonte de proyección, en un contexto de considerable incertidumbre, menor confianza y una elevada tasa de ahorro.
La inversión aumentaría su contribución al crecimiento del PIB en 2025 y se mantendría en 2026 y 2027, debido al despliegue de los fondos europeos, de unas mejores condiciones de financiación y del dinamismo de la inversión residencial.
El consumo público moderaría su aportación en los próximos años, aunque se podría ver impulsado por el incremento anunciado del gasto en defensa.
Según el Banco de España, el impacto macro del mayor gasto en defensa dependerá del volumen de gasto efectivamente realizado, pero también de factores como la composición por partidas, por sectores, el contenido importador del gasto o cuestiones como la estrategia de financiación y el tono de la política monetaria.
Así, se espera un efecto multiplicador de medio punto, es decir, que por cada punto de PIB invertido en defensa el PIB per se aumentará cinco décimas, aunque podría incrementarse dicho efecto si, por ejemplo, se amplía el porcentaje de inversión y se reduce el de importaciones.
La contribución de la demanda exterior sería negativa en 2025 y prácticamente nula en 2026 y 2027, ante una gradual desaceleración de las llegadas de turistas internacionales, una moderación del avance de las exportaciones de servicios no turísticos y una «ligera contracción» de las exportaciones de bienes; mientras que las importaciones «mantendrían todavía un crecimiento robusto en 2025».
La creación de empleo se prolongaría a lo largo del periodo, pero a menor ritmo, con un aumento del 2,2 % en 2025 y del 1 % en 2026 y 2027; mientras que la tasa de paro descenderá «a una velocidad algo inferior a la observada en años anteriores», hasta el 9,7 % en 2027.
La entidad prevé que el déficit público sería de alrededor del 2,8 % del PIB a cierre de 2025 y del 2,6 % en 2026 y 2027, mientras que la deuda acabará este año en el 101,4 % del PIB, igual que en 2026, y apenas se reducirá al 101,3 % en 2027.