Redacción Medioambiente, 1 jun (EFE).- “El desprecio por la investigación científica por parte de muchos gobiernos es alarmante”, lamenta el biólogo y profesor emérito de la Universidad de Costa Rica Jorge Cortés en vísperas del Congreso ‘One Ocean’ de Niza (3-6 de junio), de cuyo comité científico forma parte.
Este congreso preparará el terreno para la tercera Conferencia de Naciones Unidas sobre los Océanos (9-13), coorganizada por Francia y Costa Rica y que reunirá a gobernantes, organizaciones internacionales y representantes de la sociedad.
“Tiene que haber ciencia para tomar decisiones, pero estamos viendo que muchas veces se toman decisiones sin que haya un fundamento científico. O, peor aún, se hace lo opuesto a lo que la ciencia recomienda”, señala a EFE el investigador, con más de 40 años de experiencia en el estudio de los ecosistemas costero-marinos.
Durante el congreso se pretende alcanzar recomendaciones específicas sobre asuntos como los plásticos, la minería en aguas profundas o la pesca, “pero lo principal”, sostiene Cortés, “es subrayar esa necesidad de la ciencia”.
La tónica pos-Trump
Cuando el comité científico del Congreso mantuvo las primeras reuniones preparatorias, sus miembros eran “muy optimistas respecto a que sería una cita fundamental para mejorar como se maneja el océano”, recuerda.
Pero Cortés, autor de cerca de 300 publicaciones científicas y de divulgación, afirma que la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos “ha causado estragos” en el campo de la ciencia.
“Estados Unidos es una de las grandes potencias científicas del mundo y el impacto será muy fuerte”, señala el profesor. “Y sí, en las últimas reuniones, ya con Trump de presidente, era otra la tónica, otra sensación la que había. Pero vamos a insistir en que se respete la investigación científica”.
Para Cortés, los acuerdos sirven de poco si tienen carácter voluntario o su incumplimiento no tiene consecuencias.
“El Acuerdo de París tiene recomendaciones muy claras. Algunos países están cumpliendo las metas propuestas, pero la gran mayoría no. Mientras China y Estados Unidos no se alineen, y Estados Unidos definitivamente ya se salió, no vamos a lograr nada. Y lo peor es el ejemplo que dan a otros países pequeños: si China y Estados Unidos no lo hacen, menos los otros”, expone.
Otra dificultad, opina, es la falta de control para saber si se respetan los compromisos. Cita como ejemplo el Tratado sobre la Alta Mar aprobado en 2023, que pretende recabar en Niza los 60 apoyos necesarios para su entrada en vigor.
“Después de 30 años de negociaciones se aprobó la protección de la biodiversidad más allá de las de las jurisdicciones nacionales. Eso es un paso gigantesco, pero hay un problema de control, cómo controlamos a un barco que está en medio del Pacífico”, apunta Cortés. “No se hace todo lo que debería hacerse y esperamos que en la Conferencia de Naciones Unidas se aprueben algunas medidas, ojalá obligatorias”.
A juicio del biólogo, entre todos los temas que abordará el congreso “hay tres muy de fondo” que afectan al océano: “El cambio climático, la sobrepesca y la contaminación. No sólo por plásticos, también por petróleo, agroquímicos, plaguicidas…”.
Una cooperación justa
El catedrático costarricense pondrá el acento durante el congreso en la necesidad de una cooperación internacional justa.
“Solamente unos pocos países tienen barcos con submarinos o con vehículos manejados remotamente. Los países pequeños dependemos de que nos inviten a participar y yo, desde hace décadas, he luchado para que, si vienen a mi país, me inviten a ser parte de la propuesta, que sea una colaboración de igual a igual”, explica Cortés.
El científico tiene claro el modelo que no quiere: “El de esos que vienen, toman muestras y se van, y uno se entera del resultado por una publicación años después”.
Cortés es optimista y mantiene que “de Niza va a salir algo bueno”.
“Al mostrar el océano como uno, ya no hablamos solo de una conexión de los problemas: también de la conexión de las soluciones. O nos ponemos de acuerdo como humanidad o esto se va a poner muy feo”, asegura.
Reconocimiento a Costa Rica
Jorge Cortés sitúa a su país entre los que han perdido interés por la ciencia en los últimos años.
“La realidad es que internamente hay logros, como detener la pesca de arrastre. Pero (para conservarlos) hay que desgastarse en luchar contra una administración contraria a la conservación”, sostiene el científico.
Cortes subraya que Costa Rica lidera el compromiso de tener antes de 2030 un 30 % del mar y la tierra protegidos “y de ahí viene esa conexión con Francia y la organización de esta Conferencia”.
“Para mí ha sido positivo. Es un reconocimiento de lo que se ha hecho en Costa Rica por la protección ambiental terrestre y ahora en la parte marina”, señala.